"Soy un luchador, adoro los retos"

Jo-Wilfried Tsonga (Le Mans, Francia, 1985), el número seis, es el escollo que separa hoy (21.00, Canal + y Teledeporte) a Rafael Nadal de las semifinales de la Copa de Maestros. "La segunda vez que nos enfrentamos, en las semifinales del Abierto de Australia de 2008, me sorprendió", explica en rueda de prensa el mallorquín, que domina por 6-2 sus enfrentamientos particulares tras ceder aquel encuentro por 6-2, 6-3 y 6-2. "Luego, tácticamente he jugado mejor contra él, más agresivo, presionándole el revés. Es explosivo hacia adelante, no tanto hacia los lados. Hay que desplazarle". Hijo de un emigrante congolés, el francés es un peligro. Por algo le llaman Alí y Tsunami.

Pregunta. ¿Qué ha cambiado desde ese partido de Australia?

"Admiro a Federer por su calma y a Nadal por su ambición constante"

"Amo compartir cosas con el público. Fuera soy tranquilo. Tengo dos personalidades"

Respuesta. Entonces estuve fabuloso. Luego, ese mismo 2008, volvimos a jugar en Indian Wells, y también me sentí así, pero competí con dos dedos vendados, porque me dolía un tendón. No pude defender mis opciones al ciento por ciento, y pese a eso, estaba tan bien del resto de cosas que tuve mis ocasiones de batirle (dominaba con doble break en el tercer set y perdió). Desde entonces, cada vez que nos enfrentamos, Rafa tiene ese punto extra, ese truco de más, para ganarme. Creo que jugar bajo techo, como aquí, es una ventaja para mí.

P. Está en Londres sin entrenador. No es frecuente en la elite.

R. No tengo miedo a la responsabilidad. No temo tomar decisiones. En la pista estás solo. Eres tú y tus decisiones. Intento redescubrir el juego del tenista que era en aquel 2008, cuando me di a conocer. Más creativo, más agresivo, presionando al adversario. Intento cambiar.

P. Aquella victoria de 2008 ante Nadal le dio a conocer a usted al mundo.

R. Me llaman Tsunami por un chaval de Australia que vio ese duelo. Me hizo una canción después de que ganara a Nadal. Veníamos del trágico incidente del tsunami en Asia, y me compararon con su fuerza.

P. Sin embargo, ha tenido decenas de lesiones y dolores de espalda.

R. Cuando tengo problemas, pienso que el mal traerá un bien. Cuando estoy lesionado, pienso que más allá del deporte está la vida, que no todo se para en esto, solamente en golpear una pelota de tenis. Que hay muchas otras cosas. Siempre he sido un luchador, un fighter, como decimos en el tenis. Adoro los retos.

P. ¿Quién le inspiró y le inspira?

R. Ha habido muchos tenistas. Es más un grupo de jugadores que vi en la televisión y fueron modelos para mí. Ahora, me pasa algo parecido con mis compañeros de generación. Admiro a Roger [Federer] por su calma, por la forma en la que aborda los momentos decisivos. A Rafa [Nadal] por su ambición y su determinación constante...

P. ¿Y Tsonga? ¿De qué es ejemplo?

R. A mí me gustaría ser el más humano de los jugadores.

P. Dicen los que le conocen que ese es el sello de la educación que le ha dado su familia. ¿El mejor consejo de su padre?

R. Respetar a los otros. Ser educado.

P. Él son sus raíces africanas. ¿Hablan mucho de eso?

R. Sí. Y pienso que, por el momento, la situación del continente no puede cambiar.

P. ¿Por qué?

R. Porque eso no puede ocurrir de un día para otro, de hoy para mañana. De lo que es ahora a algo mejor, al menos. Habría que decir muchas cosas sobre este tema. Habría que referirse a la historia, a todo lo que ha ocurrido en el pasado, a la colonización. Todas esas cosas son las que hacen que África, hoy, no pertenezca a los africanos.

P. Los aficionados, también en Londres, adoran su expresividad. ¿Es difícil vivir sin la energía y el apoyo del público?

R. No. La verdad es que tengo dos personalidades. Cuando estoy en el tenis, amo eso, el ambiente, compartir cosas con el público. Fuera, soy tranquilo. En esa situación, con quien me gusta compartir cosas es con mi familia, con mis amigos... y estar en calma.