"A los rusos no les gusta la igualdad social"
Llega cansado y la sesión de fotos le pone de mal humor, pero el jamón ibérico y los quesos, que come con deleite, tienen un efecto relajante, y las burbujas del agua hasta consiguen que se arranque con un chiste. "Moisés", cuenta, "se pasa el día rezando para que le toque la lotería hasta que Yavé se apiada y le dice: 'Dame una oportunidad para escucharte: compra un décimo". Con ello, Vladímir Mau, consejero económico del Gobierno ruso, advierte de que la actual crisis financiera requiere del "fuerte compromiso" y la acción de todos para salir adelante.
Cercano al primer ministro Vladímir Putin, evita criticar el cambalache que ha organizado Putin con el presidente Dmitri Medvédev para volver a ocupar el Kremlin. Su "amigo desde 1982" Alexéi Kudrin se vio obligado a dimitir a finales de septiembre por estar en contra de ese intercambio de poderes. Pero afirma: "La historia muestra que cuanto más tiempo se mantiene un líder en el poder más errores comete. Si Hitler hubiera muerto en 1937 habría quedado como el mejor político alemán, porque estabilizó la economía y el empleo".
El consejero económico de Putin insta a Europa a apretarse el cinturón
Mau, de 51 años, es de origen abjazo, una de las dos regiones rebeldes de Georgia cortejadas por Rusia. "La comida abjaza se parece a la española y, en general, a la del sur de Europa", dice mientras da cuenta con rapidez de la ensalada. Rector de la Academia Presidencial Rusa de Economía y Administración Pública, sostiene que si los rusos quieren emigrar -según las últimas encuestas uno de cada cinco jóvenes quiere irse del país- "es porque tienen libertad". "Es consecuencia de que tenemos una sociedad abierta, porque hace 20 años en la Unión Soviética nadie pensaba en salir del país", dice sin abordar el problema. Admite tan solo que la democracia en Rusia "tal vez no esté tan desarrollado como en Reino Unido, pero es mucho mejor que en la URSS".
Mau señala que a él le tocó vivir "la época terrible" de la URSS en la que nadie se interesaba por el crecimiento económico del país ni por analizar lo que estaba sucediendo. "Pensar que la URSS podría haber sobrevivido es un error total, porque no tenía mecanismos de crecimiento".
Para Mau, fueron necesarias la liberalización de precios y las reformas emprendidas por Rusia que dejaron en la ruina a millones de personas. "A los rusos no les gusta la igualdad social", señala en respuesta al comentario sobre que se ha abierto un enorme abismo entre ricos y pobres. Ahora le toca a la Unión Europea apretarse el cinturón. "Tiene que realizar las reformas estructurales que se requieren para salir de una crisis que aún durará siete años", dice con naturalidad este profesor, que atribuye a las crisis el valor de "ser el precio del crecimiento".
El arroz llega algo frío y, tal vez para que no se enfríe más, Mau lo hace desaparecer del plato en un abrir y cerrar de ojos. Ha participado en Madrid en el programa del Foro de Liderazgo de IE Business School acompañado por su joven esposa, con la que tiene un hijo de tres años -tiene otro de 20 de un matrimonio anterior-. El teléfono suena para reclamarle y, aunque ha pedido café, no lo espera y da por terminada la entrevista.
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