Controversia

Pocos días han bastado para que la nueva campaña de Benetton dé la vuelta al mundo. Bajo el lema de UNHATE, la compañía ha publicado varias gráficas con personalidades de la talla de Obama o el Papa besándose con sus respectivos "archienemigos". La intención ha sido colocar estas imágenes en lugares que necesitan procesos de paz como Tel Aviv o Nueva York para promover una cultura basada en la tolerancia y el respeto.

En este punto surge la cuestión de si realmente el propósito de esta campaña es atraer la atención sobre el tema en sí que nos ocupa o si es una excusa para promocionar la marca y conseguir que se dispare la conversación en torno a ella. Sin embargo, ya hay declaraciones por parte del Vaticano criticando la instantánea y tildándola de ofensiva para el propio pontífice y para todos los leales. A raíz de esto, Benetton ha retirado el anuncio de su web y ha pedido disculpas a aquellos que haya podido ofender.

Aquí mi pregunta es si realmente esta acción les honra o resta mérito a su atrevimiento que, aunque disguste a muchos, consigue su propósito que es no dejar a nadie indiferente. Ante esto creo que si realmente deciden lanzarse a la piscina con una campaña así y cuando realmente el mensaje que se quiere transmitir es positivo, deberían preocuparse menos de salvarse las espaldas y más de defender a toda costa aquello en lo que creen.