El BNG frena su caída pero no logra capitalizar el desplome socialista

Optimismo y tranquilidad fue la consigna que la responsable de organización del BNG, Montse Prado, lanzó con las primeras encuestas. Acababan de cerrar los colegios y aún no se conocían los datos que han ratificado la permanencia del Bloque en el Congreso: Francisco Jorquera por A Coruña y Olalla Fernández Davila por Pontevedra repetirán escaño. Pero los nacionalistas, aunque aliviados, no han capitalizado las enormes pérdidas de los socialistas gallegos y su porcentaje de voto apenas se ha movido del 11%. El número de votos ha bajado. Para el portavoz nacional Guillerme Vázquez, los resultados solo esconden una lectura positiva. Han salvado los muebles. "Contra todos los pronósticos y contra vento e maré, hemos logrado un magnífico resultado", aseguró, "y estoy convencido de que es el comienzo de la recuperación de la confianza en el BNG".

Ni Jorquera ni Davila se desplazaron hasta la sede central de la organización, en Santiago. A Vázquez lo acompañaron algunos miembros de la Executiva, entre ellos el líder del Bloque en O Hórreo, Carlos Aymerich, y el secretario general de la UPG, Francisco Rodríguez. "Galicia tendrá voz en el Congreso y la mayoría social también. Resistimos el avance de la derecha". El discurso de la utilidad en Madrid regresaba a un Bloque que, prometió Vázquez, "estará del lado del pueblo y no de los banqueros".

Después de 15 días de campaña en la que los nacionalistas clamaron por una banca pública, exigieron reducir las partidas presupuestarias del Ejército, sintetizaron una reforma fiscal para gravar las grandes fortunas o pidieron aumentar el gasto público en inversiones productivas, el Bloque solo consiguió mantener los dos diputados y un porcentaje similar al de 2008. De los cuatro escaños y 300.000 votos que cedió el PSdeG, nada. Vázquez no quiso entrar en disquisiciones sobre política, crisis y representación y sentenció que, para él, la noche era "alegre". Que el BNG no se beneficie del desplome socialista tal vez también lo expliquen los movimientos en el campo progresista. Izquierda Unida emergió y más que duplicó el número de votos -sobre 65.000- y superó el 4%.

Porque con el Bloque y sus cuentas electorales podía pasar cualquier cosa. El escaño de Pontevedra colgaba de un hilo. Pero fue esa provincia la que resistió el tirón y donde los nacionalistas aumentaron ligeramente. No así en A Coruña. Jorquera, la voz del BNG en Madrid, consiguió un puñado de votos menos que en 2008. Pero, sobre todo, fue el interior de la comunidad el que no respondió a las expectativas. Aunque algunos sondeos otorgaban asiento a Xosé Manuel Pérez Bouza por Ourense, en esa provincia y en la de Lugo los nacionalistas perdieron respaldo.

El BNG pasará ahora a engordar así la nutrida izquierda que actuará en el Congreso y de la que formarán parte IU, Amaiur, Compromís y Esquerra Republicana. Con el partido catalán, con el que ya alcanzaron un acuerdo en el Parlamento Europeo, sumarían los cinco diputados necesarios para formar grupo propio. Guillerme Vázquez expresó su "felicidad" por la subida del voto nacionalista en Euskadi y Cataluña.