Federer, restador único
Solo el suizo, ganador de Tsonga, devuelve la bola tras el saque con el revés a una mano
Eres la velocidad hecha hombre, le dice el público al francés Jo-Wilfried Tsonga, que se enfrenta al suizo Roger Federer en el partido inaugural de la Copa de Maestros. Tsonga, le feu au lac, muestran los carteles, un juego de palabras sobre la proverbial tranquilidad suiza, que no se altera ni ante las llamas. Tsonga, el lago de fuego, dicen las gargantas, considerándole capaz de lo imposible. Una increíble marisma ardiente, sin embargo, sería más factible que el golpe con el que Federer sella 6-2, 2-6 y 6-4 el duelo y se pone en cabeza del Grupo B, a la espera del Rafael Nadal-Mardy Fish. "Porque", lamenta Tsonga; "en punto de partido, gana con un resto al que le pega con el marco de la raqueta. Frustrante". El número seis cae ante una de las armas que menos réditos le da al cuatro. Donde el serbio Djokovic gana el 40% de los juegos que resta, Nadal el 35% y el británico Murray el 36%, el suizo se queda en un 28%. El peor de los mejores.
"En general", analiza el exnúmero uno; "he estado intentando diferentes cosas con el resto durante 2011. En ocasiones he intentado ser más ofensivo. En otras, digamos más normal". "Mi resto", prosigue; "siempre depende de la superficie en la que juegue y del rival". "Obviamente, cada jugador tiene un cierto estilo de resto, y el mío es, evidentemente, completamente diferente. ¿Por qué? Porque soy el único jugador con revés a una mano de entre los diez mejores".
El análisis de Federer falla en la estadística pero no en la observación técnica. Entre los diez mejores hay otro tenista que se arriesga a competir en el tenis del siglo XXI, el santuario de la fuerza y la potencia, con un estético revés a una mano. Nico Almagro, el número diez, es ese aventurero. Confirmando la visión del suizo, él también tiene un bajo porcentaje de éxito al resto (22%), que en la elite solo empeora Tsonga (21%), que alterna el revés a dos manos con el que se golpea a una. "Y sí", dice el francés; "me frustra cometer siempre los errores y ver que él, contra mí, resta bien, porque gana".
El resto es una mezcla de aptitud y actitud. No hay tenista más talentoso en ese arte que Federer, que ha reducido a cenizas los servicios más prestigiosos. El suizo, sin embargo, ha hecho su sello de la selección de los momentos importantes. Al contrario que Djokovic o Nadal, acostumbrados a presionar cada saque contrario, él se desconecta de los encuentros a la espera de los momentos decisivos. Eso es competir atado al talento. Eso exige una capacidad para reconectarse al duelo en el momento justo que el suizo, de 30 años, va perdiendo. Eso, también, se mide con las estadísticas de juegos ganados al resto: entre sus años con más trofeos (11 en 2004, otros tantos en 2005 y 12 en 2006) y el que menos ha ganado desde 2002 (2011, tres), esa es una de las cosas que ha cambiado. Ganó el 30% de juegos al resto en 2004, el 31% en 2005, el 32% en 2006...y ahora, en 2011, solo suma el 28%. Federer, claro, aún lo puede ganar todo: cierra duelos hasta con el marco de la raqueta.
Hoy (Canal+ y Teledeporte): 15.00 David Ferrer-A. Murray (Reino Unido). 21.00: N. Djokovic (Serbia)-T. Berdych (República Checa).
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