Deuda soberana y valores
IESE congrega a más de 2.000 directivos en su asamblea anual
Quincuagésima edición de la asamblea de antiguos alumnos del IESE. Lleno en el palacio de Congresos de Madrid para escuchar a invitados de excepción, como José Manuel González-Páramo, miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), o Isidro Fainé, presidente de La Caixa.
En plena crisis de deuda soberana y con los interminables ataques de los mercados a España e Italia, cuando la ruptura del euro planea en el horizonte, ambos ejecutivos descartan que se vaya a romper la moneda única. "Es una opción absurda", espetó el directivo del BCE, "no es racional, ni desde el punto de vista económico ni político". En su opinión, los países tendrán que resolver sus problemas con euro y sin euro, ¿y cómo van a conseguir financiación para pagar las nóminas de sus empleados con la pérdida de credibilidad que supone para un país salir del euro? No conseguirían financiación en décadas, advirtió. Para luego sentenciar: "O Europa está unida o no funciona".
González-Páramo: "La salida del euro es una opción absurda"
Michel Camdessus: "Se han mezclado errores técnicos y carencias éticas"
Isidro Fainé, que tiene claro que España no tiene la confianza de Europa y debe recuperarla, no concibe su salida del proyecto europeo. "Tiene que hacer sus deberes", dijo, y recordó un consejo que dio la canciller alemana, Angela Merkel, a los países periféricos, como el nuestro: que ajusten sus gastos a sus ingresos. "Es lo que tenemos que hacer", afirmó, en la creencia de que España "saldrá adelante" y "no va a ser rescatada".
Para González-Páramo, "la crisis de deuda soberana es responsabilidad de los Gobiernos europeos, individualmente y en conjunto. Porque comparten moneda única y poco más. El Pacto de Estabilidad Financiera nunca funcionó de forma decente". El directivo justifica la actuación del BCE (desde el pasado mes de agosto ha reforzado la compra de bonos públicos, ha impulsado subastas a tipo fijo y ha puesto en marcha un programa de 40.000 millones de euros para la compra de cédulas, a desarrollar en 2012), "que no puede extralimitar sus funciones porque perdería credibilidad", afirma y acusa a los Gobiernos de haber creado una unión monetaria y económica en la que la "M es muy grande, pero la E es minúscula". Posteriormente, les instó a que pongan en marcha mecanismos de rescate, "que tomen las decisiones pertinentes, pero con la mayor urgencia".
En la UE "tenemos un triángulo diabólico que hay que romper. Bajo crecimiento, control de las finanzas públicas y dificultades en el sector financiero", aseguró, no sin antes recordar que el déficit público en la UE es muy inferior al estadounidense.
A propósito de la economía España, ahora que González-Páramo figura en las quinielas para ministro de Economía y gobernador del Banco de España del próximo Ejecutivo, considera que tiene tres prioridades: las finanzas públicas, el sistema bancario y, sobre todo, su mercado laboral. El ejecutivo criticó al Gobierno de Rodríguez Zapatero por "hacerse trampas", "usar la táctica del salami de trocear las reformas laborales y engañar a los mercados". Y abogó por una negociación colectiva descentralizada.
En la reunión anual de IESE Business School también se puso sobre la mesa la conducta directiva determinante de la crisis. Michel Camdessus, gobernador honorario del Banco Central de Francia y exdirector del Fondo Monetario Internacional, sostuvo en su discurso que el utilitarismo ha corroído la economía social de mercado concebida en los años cincuenta. Además, añadió que en estas tres últimas décadas se han mezclado las carencias éticas con errores técnicos, utilizando en exceso las facilidades ofrecidas por el endeudamiento. "Esta crisis financiera en Europa, como en otras partes del mundo, ha sido un desastre ético, y todos, de alguna manera, hemos sido partícipes de él. No lo superaremos si no hacemos profundos cambios en nuestros principios, si no volvemos a nuestros fundamentos", añadió.
Y eso es precisamente en lo que trabaja el IESE, según su director general, Jordi Canals, "tenemos que transmitir la noción de la eficiencia, pero también la misión humanista del directivo" para que la dirección de empresas sea una fuerza transformadora que impacte en la sociedad.
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