Los nacionalistas llevan su discurso a la izquierda tras dos citas perdiendo votos
"El domingo debe haber participación en masa, sobre todo si nadie quiere arrepentirse el día 21". La penúltima intervención de Francisco Jorquera en esta campaña, ayer por la mañana en O Toural de Santiago, quiso conjurar el fantasma de la abstención crítica. Eso, la continua apelación a la "utilidad" de votar y una insistencia -sin precedentes en el discurso del BNG- en el término "izquierda" ha marcado los últimos 15 días de actos de los nacionalistas. Pero la organización, que entró en el Congreso por primera vez en 1996, no solo se juega, a la luz de las encuestas, uno de los dos parlamentarios que ha mantenido en Madrid esta legislatura. A dos meses de una Asemblea Nacional que la militancia encara como de refundación, el 20-N conforma la última oportunidad de la actual dirección de revertir la bajadas de las dos anteriores citas con las urnas.
A tal propósito, con un marcado protagonismo del portavoz nacional, Guillerme Vázquez, y sin rastro de Quintana ni Beiras, el Bloque ha preferido esquivar los grandes mítines. Las legislativas españolas han derivado -así lo interpreta el candidato por A Coruña, Jorquera- en un duelo presidencialista entre PP y PSOE y el espacio mediático y social para las demás formaciones se achica. De ahí que los nacionalistas optasen por una campaña con pequeños actos, repartos de propaganda y guerrilla mitinera. Todo para buscar apoyos entre la cada día más desangelada base social del PSdeG e intentar restituir los vasos comunicantes con el electorado socialista que hace ya más de una década permitieron al BNG convertirse en la segunda fuerza de Galicia.
Banca pública y laicismo
Con buena parte de los segmentos de la población otrora movilizados por la órbita nacionalista en las plazas y calles en repulsa de la dictadura de los mercados, pero al margen de siglas concretas, tampoco los nacionalistas han olvidado a los indignados. "Gran parte de sus reivindicaciones coinciden con lo que hemos defendido a lo largo de los años", se explicaba, en una entrevista con este periódico, Francisco Jorquera.
La dación en pago de las hipotecas, la reclamación de una banca pública o la exigencia de reducción del gasto militar y de los privilegios de la Iglesia han formado parte de las iniciativas presentadas o defendidas por el BNG en el Congreso. Además de al 15-M, parecen apelar a los simpatizantes de una Izquierda Unida que, aunque lejos de alcanzar representación por las circunscripciones gallegas, sí se llevará unos cuantos miles de papeletas.
Y ese discurso de izquierdas, en realidad una lista de medidas socialdemócratas en sentido fuerte, le ha servido al Bloque para venderse como "dique contra la mayoría absoluta del PP". "Pido el voto para que Galicia tenga quien la defenda en Madrid", resumió ayer en el cierre de campaña Guillerme Vázquez, "y para una salida de izquierdas a la crisis".
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