Un nuevo marco macroeconómico

El próximo Gobierno tiene ante sí el reto de construir un marco macroeconómico en el que la sociedad española pueda recuperar el latido productivo que le permita respirar de nuevo. Para ello, resulta imprescindible que el crédito vuelva a estar a disposición de todos los sectores productivos. Difícilmente España despertará de su atonía si no recuperamos la inversión —y con ella el empleo— y el consumo.

Otro de los problemas que vienen lastrando la competitividad de las empresas españolas es la rigidez de un mercado laboral cuya legislación va muy por detrás de los cambios vertiginosos que vienen produciéndose en el mundo. Aquí también el nuevo Gobierno debe actuar con decisión. Es preciso dotar al marco jurídico de flexibilidad suficiente en materia de capacidad y temporalidad, así como medidas de empleo más modernas e imaginativas. En una coyuntura económica tan complicada como esta, es necesario que las empresas dispongan de mecanismos claros y sencillos para adecuar las plantillas a la demanda de cada momento.

El Gobierno debe actuar con decisión contra la rigidez del mercado laboral

En el sector en que se mueve Globalia hay, además, acciones específicas que serían muy bienvenidas y que ayudarían a racionalizar la actividad del transporte aéreo.

En primer lugar se debería abordar el control del tráfico aéreo para hacerlo mucho más eficiente de lo que es en la actualidad. Es preciso hacer realidad el Espacio Único Europeo para cortar de una vez con los elevados sobrecostes originados por una gestión deficiente que obliga a sobrevuelos innecesarios, largos rodajes en las pistas, desvíos, retrasos y pérdida de conexiones.

El próximo Gobierno debería reformular también el marco legal que articula los derechos sindicales de los colectivos que tienen la capacidad de romper la cadena de producción de las compañías y de estrangular el transporte aéreo: los pilotos, que por sueldo y autoridad son auténticos directivos con mando sobre el avión, y los controladores. Dos gremios elitistas con capacidad para paralizar el país y que han venido acumulando ventajas insostenibles en sus convenios utilizando sistemáticamente la amenaza de huelga.

Y las subvenciones. Ya va siendo hora de que por ley el marco en que se mueven las compañías aéreas sea el mismo para todas. No es de recibo que algunas aerolíneas denominadas low cost obtengan subvenciones de los Gobiernos autónomos o Ayuntamientos de España para operar en aeropuertos donde otras vienen haciéndolo desde siempre y sin pedir nada a cambio. Es preciso cortar de raíz un sistema que favorece el oportunismo y distorsiona la libre competencia al grito de pan para hoy y hambre para mañana.

Y, por último, las compañías aéreas queremos ser escuchadas antes de que se proceda a la privatización de Barajas y el Prat. Somos las que pagamos y tenemos mucho que decir.

Juan José Hidalgo es presidente ejecutivo del Grupo Globalia.