Los polipoéticos tienen cuerda para rato

Xavier Theros y Rafael Metlikovez llevan 20 años como Accidents Polipoètics y han decidido celebrarlo con un espectáculo nuevo, o casi. Ya lo dice el título, Ontología general: una antología personal e intransferible, pero al mismo tiempo pública y, además, saludable y, por tanto, muy recomendable. Es un repaso a su repertorio polipoético clásico con algún texto inédito de composición reciente en catalán, que es por donde parece que van a ir sus próximos tiros. Hacia el bilingüismo y la síntesis máxima en sus puestas, hacia el aforismo que se solapa con el chiste, como demuestra uno de sus 28 nous refranys: "Tants llocs bonics i a cap no arriba el metro".

Hijos de la década de los sesenta, crecieron bajo la influencia de Ginsberg y la Beat Generation, de Brossa, Salvat Papasseit y Gómez de la Serna, pero también con Rodríguez de la Fuente, Gila y José Luis Moreno y sus muñecos. Se dieron a conocer durante la Barcelona Olímpica huyendo, precisamente, de la fiebre por las medallas y como respuesta underground a los excesos de la época; antielitistas, antiacadémicos y antirrománticos, desarrollaron una poesía cotidiana, directa y sonora, austera pero viva, basada en juegos de palabras, ingeniosa y crítica, una poesía que Brossa, de quienes se hicieron amigos, definiría como de fiesta mayor.

En sus primeras puestas en escena solían acompañar las lecturas con mucho material: ladrillos, bombonas de butano, carretillas... hasta que se impuso la sobriedad conceptual en la logística de los bolos y ahora les basta con un porrón y una bolsa de plástico, de la que sacan una bocina, un yoyó y un peluche como partes visuales de sus composiciones. En Ontología general sacan también un aerosol ambientador para compensar el poema Todas las sillas huelen a culo, al que le siguen otros de semejante calibre, como el mítico Van a por nosotros, que fue versionado por Radio Futura. Mi favorito es el cáustico Algún día, sobre las variadas posibilidades que tenemos de hallar la muerte. Me sirvo del mantra Tengo cuerda para rato, para aventurar, y desear, una prolífica trayectoria futura a esta singular pareja.