En buena compañía

Una de las características de Perico Sambeat (Valencia, 1962) es la perseverancia en explorar diversos territorios jazzísticos, a los que intenta imprimir su sello. El músico valenciano conoce ampliamente los fundamentos, como en su reciente disco Baladas. Su aproximación al flamenco es un dilatado itinerario, desde los tanteos de Ademuz al logro de Flamenco Big Band.

En Jimmy Glass culminaba una pequeña gira, con la temática extraída de una grabación finalizada el día anterior. Predominó la incorporación y el acercamiento al abanico rítmico afroamericano, arraigado en la música popular, del funky y el bogaloo al hip hop o el movimiento M'Base y derivados. Como es habitual en él, se ha rodeado de jazzistas foráneos muy valiosos. El más conocido, por su trabajo con los grupos de Corea y Mehldau, es el excelente batería Jeff Ballard. Ya había participado en el Friendship de Perico. Por su parte, el guitarrista portugués Fernándes y el contrabajista francés Bramerie aportaron solidez y buen hacer. Destacó notablemente el pianista belga Eric Legnini (1970), con un fraseo repleto de punch y swing, con guiños a Tatum, Newborn y Tyner.

En el actual proyecto de Perico y sus composiciones hay algún aspecto desechable. En Androide y Elastic, el planteamiento rítmico es monótono, a lo que contribuyen un teclado insulso y plano y el gratuito uso del saxo distorsionado mediante un micrófono. Pero la inmensa mayoría resultó altamente satisfactoria. En Nereida utilizó el soprano y Ouija es arrebatadora. La séptima esfera está en 7/4 y Bugalú se basa en ese ritmo. Concluyó con el irónico Ya no te aguanto más. Un concierto lleno de groove y swing, proporcionado por un quinteto cohesionado e inspirado.