El alcalde se desdobla como candidato en campaña
Gallardón relaja su agenda municipal para participar en la campaña del 20-N - Ayer respaldó a sus compañeros vascos yéndose de pinchos por San Sebastián
Ayer era un día de campaña como otro cualquiera, pero diferente a todos los anteriores. "Nos vamos a Donostia. Hoy jornada electoral en el País Vasco. Paseo por la Parte Vieja y barrio de Gros...", avanzaba a primera hora en Twitter la jefa de prensa del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.
"No te regaño, pero casi", le reprendería luego, cuando se lo dijo, el sargento Paco. Mejor no dar pistas al enemigo. Y es que las cosas han cambiado mucho, pero no del todo. "Tenemos siempre la misma cautela", explicaba el escolta, vigilando mientras que ningún coche se interpusiese entre su vehículo y el del alcalde.
Cinco horas antes, a las nueve, aún en Madrid, la diputada Ana Pastor agradecía los elogios con los que Gallardón la había presentado al público en un desayuno informativo en el hotel Ritz: "Gracias, Alberto, por ser como eres". Un acto más, el primero del día, de una campaña que mantiene a Gallardón en la esquizofrenia de ejercer al tiempo de alcalde y candidato."Sigue mandando él, aunque sea por teléfono", asegura un miembro del equipo del alcalde, que como número cuatro en la lista del PP al Congreso lleva ya casi dos semanas compartiendo su tiempo entre la gestión diaria de la capital y la batalla electoral. "Pero sí es verdad que estos días hemos bajado el pistón en el Ayuntamiento", añade. Gallardón mantiene una agenda reducida de actos en Madrid, y está siempre "a completa disposición" del cuartel general electoral del PP, liderado por Ana Mato. Ha estado en Barcelona, Calatayud, Ferrol, A Coruña, Toledo, Sevilla, Oviedo... Y lo que le queda: hoy descansa, tiene entrevista en televisión. Mañana, Junta de Gobierno y luego otra vez al avión.
"El PP juzgará todas las situaciones individualmente, no se sentará con ETA"
Diez de la mañana. Sala de autoridades del aeropuerto de Barajas, a pie de pista. El vuelo se retrasa casi dos horas. En la terminal VIP se juntan a esa hora varios políticos: la propia Ana Pastor, que viaja con la mujer de Mariano Rajoy, Elvira Fernández, a Vigo; y el presidente del Congreso, José Bono: "Hoy predico en Valencia, tierra de herejes", exclama burlón. El alcalde aprovecha para cuadrar por teléfono (un iPhone blanco) un acto para hoy: "Que vaya Ana", en referencia a la concejal de Medio Ambiente, que le sucedería si, tras las elecciones, completa su deseado salto a la política nacional. Al fin llega el avión, un ATR-72/500. De hélices. Ante la aprensión del periodista, al que llevan invitado a su bolo electoral, el alcalde recuerda sonriendo que él fue paracaidista. Acumula 107 saltos. "Nos gusta tirarnos en paracaídas", dice. "A veces incluso sin paracaídas", bromea el vicealcalde, Manuel Cobo, que le acompaña en esta gira electoral.
Dos de la tarde. Quedada en el reloj del bulevar para ir de pinchos al bar Paco Bueno, en la Parte Vieja, con varios políticos del PP vasco: Borja Semper, José Eugenio Azpíroz, Iñaki Oyarzabal... Al llegar, dos habituales murmuran, ante el revuelo de fotógrafos: "Ha entrado Mourinho". Luego, un paseo por la Parte Vieja todos juntos, aunque sin exagerar: dos o tres calles y de vuelta al coche blindado. Y rodeados de escoltas por los cuatro costados. Aun así, un signo de los nuevos tiempos. "Antes nos insultaban e increpaban", recuerda Gallardón. Ayer apenas había gente por la calle y sobre todo despertaron miradas curiosas. Luego, durante la comida, añadirá: "Nuestro trabajo es que no sea noticia la normalidad". Preguntado por periodistas, concluye: "El PP no se va sentar con ETA. Juzgará todas las situaciones individualmente. Mientras haya ETA, Bildu / Amaiur no será una organización política normal. ETA genera una contaminación determinante". Sus colegas vascos, a los que se une a última hora la presidenta de la Cámara, Arantza Quiroga, le regalan una camiseta de la Real Sociedad con su nombre y un CD de la Sinfonía número 2 de Gustav Mahler, conocida como Resurrección.
A las cuatro, con el postre aún en la boca, de vuelta a Madrid. Hoy no tiene más actos en la agenda: a última hora se ha cancelado una visita a Vitoria. "Pasa constantemente, la agenda se hace y deshace a toda velocidad en campaña", explica un miembro de su equipo. En cualquier caso, se pasará un rato por el despacho. Luego a casa. El lunes, a las 11 de la noche estaba dormido. Hoy madruga, tiene entrevista a las ocho de la mañana y para entonces llevará ya al menos dos horas en pie. Haya campaña o no, tiene una cita que no perdona: una hora de paseo con su perra, Oli.
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