El contrato lácteo forzoso, congelado a la espera de Europa

El precio de la leche en su primera venta hace tan solo tres años dependía de un contrato verbal entre ganadero y empresa. El productor no sabía hasta que vencía el mes a cuánto le iban a pagar el litro, un precio siempre impuesto por la empresa. Dos modelos de contratos lácteos -promovidos por Xunta y Estado- y tres años después, la situación en el campo sigue siendo inestable. Desde el 2 de abril está publicado un Real Decreto del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino que obligaría a los ganaderos y empresas a firmar un precio referenciado con el que se paga por la leche en otros países europeos. El contrato fue negociado con sindicatos y empresas y, pese a todas las pegas, apoyado por las partes. Sin embargo, los tiempos del Gobierno español se adelantaron a los de la Unión Europea. El retraso del Parlamento europeo en aprobar la modificación del reglamento comunitario, necesaria para poder implantar los contratos obligatorios, mantiene a la espera su desarrollo en España. Con normativa, pero sin posibilidad de ponerla en marcha, a los ganaderos les queda el antiguo contrato, voluntario, que no resuelve la vieja aspiración del sector de que se regulen y generalicen los acuerdos.

Competencia frenó las negociaciones colectivas que quería Medio Rural

La mano del Ministerio de Economía y la Comisión Nacional de Competencia en el texto del decreto que publicó el Boletín Oficial del Estado obliga a esperara a la UE debido a la posibilidad que abre la norma de hacer una negociación conjunta. Con este decreto, los productores pueden agruparse hasta reunir 200.000 toneladas de cuota láctea -en el caso de la leche de vaca para venta en crudo- y negociar un contrato para el conjunto de los socios. Algo que para Competencia es ilegal mientras no lo avale una reglamentación comunitaria. Competencia recomendó eliminar este punto o retrasar su aplicación hasta la reforma que prevé la UE. Se espera que, después de varios retrasos, la normativa esté lista antes de final de año.

En el decreto del ministerio hay varios factores que no convencen a los sindicatos gallegos, ya que alertan de que la propia obligatoriedad de los contratos puede suponer una trampa para el productor, que deberá firmar uno aunque el precio no le favorezca. Unión Agrarias reclamó que se incluyese la figura de un mediador para los casos en los que ganadero y empresa no llegasen a un acuerdo o cuando una de las partes incumpliese lo pactado. Desde Xóvenes Agricultores señalan que el problema de unos precios que siguen bajando no se resuelve con el contrato, mientras que el Sindicato Labrego Galego insiste en que es necesario marcar un coste mínimo del litro de leche.

Mientras, la alternativa es el contrato lácteo voluntario, una opción que, con tres años de historia, no ha conseguido hacerse fuerte en el campo gallego, pero tiene más presencia en la comunidad -siempre a la cola del precio que se paga por litro de leche - que en el resto de España. Si en Galicia se calcula que hay unas 12.000 granjas productoras -algunas tienen cuota pero no están en funcionamiento-, solo 3.655 funcionan con contrato lácteo, según el último informe Gecole (sistema de gestión de contratos de tipo de compra-venta de leche de vaca). El total de España asciende solo a 5.712, a pesar de concentrar a más de 21.400 productores. Eso supone que 1.542 millones de litros se venden bajo contrato, aunque su mayor parte se cobra con un precio fijo al mes y no referenciado, que supondría ajustar el coste a lo que abonan en otros países europeos.

Su aplicación comenzó lenta en la primera campaña, la 2008-2009, en la que en Galicia solo se firmaron 897 contratos, ninguno en los seis primeros meses de aplicación del sistema, a pesar de las expectativas del sector. Aun así, la comunidad englobaba el 71,8% de las rúbricas de todo el Estado y el 48,3% de la producción -64,5 millones de litros- que se pagaban con contrato. El salto llegó en la siguiente campaña, con 2.038 contratos y 434 millones de litros, y poco más se extendió entre 2010 y 2011 este sistema de acuerdos en Galicia. El pasado año fueron 1.066 millones de litros en 3.600 contratos en la comunidad, mientras que en España subieron a 6.100 y 2.403 millones de litros. Fue el mejor año en la corta vida del contrato lácteo, que no resiste bien el presente ejercicio.

Este año se redujo en un 40% -en 861 millones de litros, hasta 1.542- la producción láctea que se vende en toda España con contrato. En Galicia, la cifra también se hunde: menos acuerdos rubricados que en la temporada anterior -se pasa a 6.635- y muchísima menos producción afectada -de 1.066 millones de litros a 559-. Las disminuciones afectan además al número de meses que duran, de media, los contratos. En esta campaña se extendieron por 5,4 meses, frente a los 7,4 de la pasada temporada y los 6,6 del curso 2008-2009.

La tendencia a firmar contratos con precio referenciado también se invierte en favor del precio fijo, menos favorable para el ganadero. La gran mayoría de los contratos en España, 4.074, sigue un precio estable mes tras mes. Sin embargo, paradójicamente el volumen de leche contratado a coste fijo es menor. En total se han pagado así 1,5 millones de litros frente a los 2,4 de la pasada campaña.