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Las tribulaciones de la cultura de base

La anulación de ayudas de la Xunta por 300.000 euros cancela o hace peligrar la actividad de un sector que conforman más de 2.000 entidades

Trescientos mil pueden no parecer muchos euros en comparación con los 133,2 millones de los que dispuso, a lo largo de 2011, la Consellería de Cultura. Pero para algunas de las más de 2.000 entidades socioculturales censadas por el Consello da Cultura suponen la diferencia entre realizar una actividad y no realizarla. Por eso, cuando hace 20 días transcendió la noticia de que la Xunta anulaba la partida de 300.000 euros destinada a asociaciones y fundaciones, el activismo cultural de base sufrió una vía de agua. "Los tiempos son duros", se resigna Alberto Piñeiro, coordinador de Barbantia, "y tenemos que buscar alternativas, echarle imaginación".

La agrupación Barbantia funciona en los ocho municipios de las comarcas de O Barbanza y de Noia. Seminarios de historia local, presentaciones de libros, organización de conferencias -entre las últimas, una al alimón de Méndez Ferrín y Juan José Moralejo- o encuentros anuales de creadores e investigadores conforman su programación. "Solicitamos una ayuda para el encuentro anual, que este año sería de mujeres creadoras e investigadoras del Barbanza, y para la edición de un catálogo con imágenes y textos del mismo; este año no lo podremos celebrar ni editar el volumen", explica Piñeiro. Cinco mil euros era lo solicitado a las arcas públicas por una asociación que cuenta con 280 socios y con el único subsidio regular de la Deputación da Coruña. Con él editan el Anuario de Estudos do Barbanza.

Lo que preocupa a Piñeiro es que suceda con ese dinero lo mismo que con el de Cultura. "Pero el año que viene haremos el encuentro de creadoras", advierte, "buscaremos a alguna empresa que nos ayude". Soluciones imaginativas también las aplican en O Condado. La Sociedade Cultural e Deportiva organiza en Salvaterra de Miño, desde 1981, el único festival del país dedicado a la poesía. Y como este año también han sido damnificados por el departamento que dirige Roberto Varela, ahora inventan mecanismos de financiación. "Hacemos comidas que cocinamos nosotros mismos y recaudamos 600 o 700 euros", expone Manolo Soto, miembro de la directiva de la entidad. O la clásica rifa navideña para el sorteo de una bicicleta. "Supongo que se nos ocurrirán más cosas", avisa. La consellería había aportado al evento 2.800 euros en 2009 y 3.080 en 2010 "y en años anteriores, subvenciones más interesantes".

"No se trataba de grandes cantidades", añade Soto, "pero contribuían a pagar las infraestructuras". Por el Festival da Poesía pasan escritores y bandas musicales gallegas y de territorios lusófonos. Su presupuesto oscila, en los últimos años, alrededor de los 25.000 euros. "Pero seguiremos manteniendo nuestras actividades", asegura, "como el magosto que acabamos de celebrar".

No tan claro lo tienen en la Asociación Cultural A Rebusca, de Manzaneda. Y aunque este fin de semana sí han conseguido poner en marcha la tercera edición de sus conciertos de invierno -con los portugueses Kumpania Algazarra y King Mokadi o los gallegos Cuchufellos y Güimtervan-, no saben si lo podrán hacer en 2012. "Solicitamos a Cultura 4.000 euros, el 30% del coste del festival", relata Álvaro Domínguez, "y al desaparecer las ayudas, peligra la próxima edición". Solo la carpa, imprescindible en actuaciones de montaña en pleno noviembre, cuesta 3.500 euros. Que A Rebusca reúna a casi el 10% de una población, la de Manzaneda, con una edad media de 70 años y que su actividad, impulsada a partir de sus cien asociados y que comprende cursos de percusión o la semana das Letras Galegas, haya conseguido animar la vida cultural del macizo central, no parece inquietar a nadie en la Administración autonómica.

El conselleiro de Cultura, después de que la anulación de los ayudas al asociacionismo saltase a la prensa, prometió en el Parlamento la convocatoria de una nueva partida para 2012, pero adelantada a este mes.

El tejido activista

De los 133,2 millones de euros consignados a la Consellería de Cultura por los Orzamentos de 2011, 34,4 los consumió la Cidade da Cultura de Santiago. En el próximo ejercicio, el complejo cultural del Gaiás absorberá bastante menos dinero, pero seguirán siendo decenas de millones: 23,5. Ese es el contexto en el que la Xunta ha escamoteado 300.000 euros de subvenciones a las más de 2.000 asociaciones culturales activas, según los datos del Consello da Cultura Galega, en 2009.

Este informe, presentado bajo el título de II Mapa cultural de Galicia, basa su radiografía en los 273 ayuntamientos que han aportado datos. Unas 1.200 asociaciones culturales, 500 agrupaciones musicales o corales, casi 300 grupos de baile o danza, unas 150 compañías teatrales y más de un centenar de colectivos de historia o patrimonio componen el tejido de base de la cultura en la comunidad. Porque en gran parte del territorio, cuyos habitantes se organizan proverbialmente de manera dispersa, el activismo cultural corre a cargo de estas entidades. Y aunque no todas buscan amparo institucional -Cantigas e agarimos, de Santiago, se financia con lo que cobra por sus actuaciones de música tradicional-, este resulta vital para la supervivencia de la infraestructura de la cultura gallega.

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