"Soy traviesa en el escenario"
Pasión Vega presenta en el teatro Arteria Coliseum su disco 'Sin compasión'
"Nací en un barrio donde el lujo fue un albur; por eso tengo el corazón mirando al sur", decía aquel viejo tango El corazón al sur, una de las perlas musicales que recupera la cantante Pasión Vega (Madrid-Málaga, 1978) en su regreso a las tablas con su último disco, Sin compasión. Se trata de su sexto trabajo de estudio con 13 temas inéditos, que vuelve a letras más personales desde que en 2006 publicara La reina del Pay Pay.
"Me lo pedía el cuerpo: tras Gracias a la vida, mi último trabajo, donde hacía versiones de canciones latinoamericanas, quería volver a canciones inéditas y para ello he contado con autores como Pedro Guerra, Manuel Carrasco y Jesús Bienvenido, entre otros. Ha sido una suerte contar con amigos de mi pandilla como ellos, con los que hablo mucho de música y tenemos una idea muy parecida de lo que debe ser un mestizaje musical sin perder de vista las raíces", explica la cantante, que hoy se sube al escenario del teatro Arteria Coliseum, donde presentará un espectáculo particularmente íntimo para reencontrarse con su público y ofrecer nuevos y viejos temas que no interpretaba desde hacía mucho tiempo.
No tengo pudor en admitir que en casa bailo música de Rihanna y Beyoncé
"Con los años te da menos pudor hablar de cosas personales. Y se podría decir que este es uno de los discos más autobiográficos que he hecho, con temas que hablan de lo que he vivido a nivel profesional y personal. No me gustan las medias tintas: si me implico con un disco, lo hago con todas las consecuencias. Es una forma, en ocasiones, de cerrar página y seguir con la cabeza bien alta", reflexiona Vega con emoción contenida.
La canción Eso no es amar, por ejemplo, narra un mal amor a olvidar. Sensibilidad a flor de piel, amor y desamor, rencores y odios, sin olvidar temas de actualidad social. "Antes que artista soy ciudadana, me siento muy cercana a la gente de a pie", explica la artista. En A la hora de soñar, tema de Antonio Romera, se narra la historia habitual de madres trabajadoras que cinco minutos antes de levantarse reflexionan sobre el día que les espera. En la durísima canción Los últimos, la cantante da voz al pueblo africano que habla desde su orilla y no es escuchado.
Sin compasión presenta un potente directo, más teatral que otros, con pequeñas historias dramatizadas en el escenario. También supone una innovación en la parte musical. El repertorio incluye ritmos africanos, fados, jazz, boleros, tangos y flamenco para completar el concierto. "Aunque es bonito que me consideren una 'dama de la copla contemporánea' no me gustan los clichés y trato de huir siempre de ellos. Por eso rompo también con la estética que el público esperaba de mí: hago cambios incluso físicos para ofrecer siempre algo nuevo y no acomodarme. En ese aspecto soy un poco traviesa en el escenario", describe con risa contagiosa. Y no revela más detalles para dejar sitio a la sorpresa.
Si hace años se confesaba admiradora incondicional de Concha Piquer o Estrellita Castro, si siguió los pasos de Martirio a Serrat, ahora Pasión Vega continúa con los oídos atentos a todo lo nuevo que suena. "Incluso lo comercial, ¿por qué no? También hay que saber lo que suena en la radio y no tengo ningún pudor en decir que bailo Rihanna y Beyoncé en casa", bromea. Todo sea por saber qué vende, aunque no la obsesione el mercado. "Por supuesto que me gustaría vender discos porque ahí pongo el corazón y espero que a la gente le guste. Pero no me preocupa la crisis. Miedo no es una palabra que entre en mi vocabulario".
Pasión Vega. Teatro Arteria Coliseum. 21.30. Gran Vía, 78. Desde 28 euros.
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