Martín Caparrós gana el Herralde con una "farsa trágica" sobre la muerte
"Hay una querencia necrófila global, que no es solo en Argentina. Es ese duelo recreativo en el que se ha instalado la cultura de masas contemporánea, que no nos llega a dar dolor... Ese gustito de rozarse gratis con la muerte". En Martín Caparrós (Buenos Aires, 1957) el tema de la muerte "está todo el tiempo presente, es un coñazo". Ya salió de alguna manera en su segunda novela, No velas a tus muertos (1986) y también, desde la perspectiva de los desaparecidos argentinos, en la última, A quien corresponda (2008). No es de extrañar pues que sea el eje también de la nueva obra del escritor y periodista, Los living, con la que ayer logró en Barcelona el 29º Premio Herralde de Novela (18.000 euros), que convoca Anagrama.
Ahora, la visita de la parca se presenta bajo "una farsa trágica" a partir de Nito, que entra en una secta como discípulo de un tal Pastor. Mudados de "habilísimos propagandistas de la muerte", promulgan la necesidad de que cada familia conserve a sus difuntos, que los embalsamen y tengan en los salones (living, como se dice en Argentina) de sus casas.
"No es una metáfora de los desaparecidos de la dictadura sino las cuitas de una sociedad que quiere vida tras la muerte", aclara sobre una novela que arranca con "jacarandosa para dejar un poso absolutamente amargo y de impotencia".