Una decisión insólita

Xavier de Maistre es muy conocido en el cerrado mundo del arpa. El haber ocupado la plaza de arpista de la Filarmónica de Viena durante 11 años y haberla abandonado para impulsar su carrera de solista, le colocó como un loco entre los instrumentistas. Algo normal, ya que teniendo esa jugosa plaza, nadie se había arriesgado hasta ese momento a dejarla. De Maistre tiene ese toque de virtuosismo que ha bendecido a otros arpistas masculinos antes que a él -en España, al colosal Nicanor Zabaleta-, pero también ese aspecto de enfant terrible, en un guiño al público más joven. En esta ocasión llega al Auditorio Nacional el próximo martes acompañando a la Orquesta de Cadaqués para interpretar el Concierto Capriccio para arpa y orquesta de Montsalvatge. Completan el programa la Sinfonía nº 1 de Prokofiev y la Sinfonía Italiana de Mendelssohn. Lo que desluce este encuentro es el precio de las entradas, de entre 45 y 128 euros, un paso atrás para un coliseo que intenta atraer a nuevos públicos.