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Irlanda contiene el aliento

La crisis griega afecta a la financiación de la deuda con fondos europeos

Un año después de verse obligada a aceptar el rescate internacional de su economía, Irlanda contiene el aliento. La crisis griega y el deterioro de las perspectivas de crecimiento a nivel global se han convertido en un obstáculo en la senda hacia la normalidad por la que se encaminaba el país hace unas semanas.

En septiembre, la Comisión Europea certificó el buen rumbo de la consolidación fiscal y el retorno del crecimiento -gracias a la fortaleza de las exportaciones y la mejora de la competitividad- y los costes del endeudamiento cayeron por debajo del 8% por primera vez desde noviembre de 2010, dejando atrás máximos históricos del 14%. Pero la amenaza de tormenta parece haber retornado.

La inestabilidad en Grecia hizo que el jueves tuviera que suspenderse la subasta de bonos a 10 años por 3.000 millones de euros que iba a emitir el Fondo de Estabilidad Europeo (EFSF en sus siglas en inglés) y el viernes Dublín anunció un recorte de las previsiones de crecimiento.

El Gobierno ha restado importancia a la suspensión de la subasta europea. Aunque el próximo día 11 el Tesoro irlandés ha de hacer frente al vencimiento de deuda por valor de 4.390 millones de euros, el Gobierno asegura que no va a tener ningún problema porque las reservas de liquidez se elevaban a 11.600 millones a finales de octubre.

Sin embargo, la suspensión de la subasta por falta de oferta, que algunos analistas atribuyen al desinterés mostrado por chinos y japoneses, ha disparado las alarmas sobre el futuro del EFSF. Es cierto que la subasta coincidió con el peor día del último capítulo de la crisis griega tras el anuncio de referéndum. Pero el desinterés de los inversores ha despertado serios interrogantes sobre la capacidad del mecanismo de rescate europeo de mantener la actual calificación de triple A de que disfruta, lo que amenaza con encarecer las necesidades de financiación de Irlanda, Grecia y Portugal.

Hasta ahora, todo parecía ir bien en Irlanda. El Gobierno de coalición del Fine Gael y el Partido Laborista surgido de las elecciones generales de febrero pasado tiene una autoridad moral para aplicar los planes de ajuste que no tenía el ejecutivo saliente del Fianna Fáil.

El nuevo ministro de Finanzas, Michael Noonan, confirmó el viernes que ese ajuste será incluso algo más duro de lo previsto y alcanzará los 3.800 millones de euros en los presupuestos que se presentarán en diciembre, 200 millones más de lo anunciado en el pasado. El ajuste estará compuesto de recortes del gasto por 2.200 millones y aumentos de impuestos por 1.600 millones de euro. Y alcanzará los 12.400 millones en el cuatrienio fiscal 2012-15.

El deterioro de la economía global ha obligado al Gobierno a rebajar al 1,6% las previsiones de crecimiento para 2012 (frente al 2,5% previsto) y la media de crecimiento de los tres años siguientes se sitúa ahora en el 2,8%, dos décimas menos que lo pronosticado en abril. También hay, sin embargo, buenas noticias. El Tesoro ha descubierto un error contable que exageraba la deuda pública en 3.600 millones de euros. Una vez corregido ese error, la deuda a final de 2010 ha quedado en el 92,6% del PIB, 2,3 puntos menos de lo que se creía.

El primer ministro irlandés, Enda Kenny, en la cumbre que la UE celebró en octubre.
El primer ministro irlandés, Enda Kenny, en la cumbre que la UE celebró en octubre.THIERRY ROGE (REUTERS)

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