Músicos de cuatro continentes

Durante 12 años, y de manera ininterrumpida, el Certamen Internacional de Guitarra Clásica Julián Arcas de Almería ha contribuido a situar al instrumento nacional en el centro de la creación e interpretación. Considerado el segundo festival de mayor relevancia en su especialidad, cada año jóvenes de todos los continentes acuden a esta convocatoria con un doble objetivo: mostrar su talento y aprender de los maestros.

Este año, los aspirantes -de las tres modalidades a concurso- proceden de cuatro continentes. Todas las modalidades deben su nombre a relevantes figuras de la guitarra: Antonio de Torres se dirige a concursantes de hasta 13 años y este año lo harán 10 menores de España, México y Polonia; en la categoría José Tomás participan músicos de entre 13 y 18 años y competirán siete jóvenes de Israel, México y España. Finalmente, en la modalidad absoluta, Julián Arcas, se medirán 36 guitarristas procedentes de 18 países diferentes. El ganador, obtendrá un premio de 10.000 euros en metálico, la grabación de un CD y realizará conciertos de promoción. 733 guitarristas de 52 países han participado en el festival desde su génesis.

"Almería es el lugar más emblemático de la guitarra", dice el director de la cita

733 guitarristas de 52 países han acudido en anteriores ediciones

El certamen, organizado por la Fundación Cajamar, comenzó el pasado viernes con el estreno de la ópera La mujer de la sombrilla, de Juan Cruz-Guevara y Francisco Joaquín Cortés, y se prolongará hasta el próximo día 19 con la actuación de Pitingo.

La proyección internacional del certamen "está consolidada", reconoce Juan Francisco Padilla, su director y uno de los guitarristas almerienses de mayor influencia, claro ejemplo de la riqueza artística de la provincia en torno a la guitarra, como también lo son Tomatito, Niño Josele y el guitarrero Juan Miguel González. En su día lo fueron los almerienses Julián Arcas y su amigo y coetáneo Antonio de Torres, artífice del modelo definitivo y actual de la guitarra.

"Por su base histórica" -recuerda Padilla- "Almería debería trascender como el lugar más emblemático del mundo de la guitarra", defiende, y a ello pretende contribuir el certamen Julián Arcas a través del que "se transmite pasión por la música y por la guitarra" y se promueve que esta "ocupe un lugar destacado, al mismo nivel que otros instrumentos clásicos".

De estos sentimientos también se impregnan los participantes asistiendo a conciertos de artistas consagrados y a las clases magistrales organizadas en torno al festival. A lo largo de su historia, el certamen ha contado con la actuación de figuras, como Iván Rijos, Leo Brower, Tomatito, Niño Josele, Anthony Spiri, Kazuhito Yamashita, Carles Trepat, Eliot Fisk, Vicente Amigo, David Russell, Mei-Ting Sun, Paul O'Dette, Dimitry Ashkenazy, Ara Malikian o El Cigala, entre otros.

Este año, el guitarrista Serranito mostrará su doble vertiente de artista y maestro en un certamen que, pese a ser de modalidad clásica, suele incluir un toque flamenco en su programación. Al maestro también le gusta la mezcla. "He descubierto el sonido del chelo y me gusta mucho", dice, por lo que lo ha incluido en sus recitales. En el que ofrecerá el día 18 en el Auditorio Municipal Maestro Padilla actuará, además, con percusión y dos guitarras más. Comenzará con una soleá para realizar su particular homenaje al certamen en una actuación que supone su regreso a Almería después de 42 años. Entonces, estuvo acompañado por su amigo Paco de Lucía.

"La guitarra se toca ahora extraordinariamente bien, con mucho conocimiento", sostiene. En sus clases le gusta improvisar. "Me gusta escuchar a la gente que tiene ilusión por tocar. Les ayudaré en lo que pueda", asegura con modestia y reconoce que aún siente nervios antes de cada actuación. "Soy muy exigente. Cuanto más tiempo llevas, la responsabilidad crece".

Ricardo Gallén, Pablo Garibay, Srdujan Bulat, Thierry Bégin-LaMontagne, José Alfredo Amezcua y Rafael Aguirre completan la programación del certamen, en el que anoche actuaron Ana Belén y la pianista Rosa Torres con el espectáculo Música callada que juega con la poesía -textos clásicos adaptados por Antonio García Montero- y música de Chopin, Stravinski, Beethoven y Bartok, entre otros.