UPyD busca consolidarse como partido nacional
Nació hace cuatro años con el tiempo suficiente para presentarse a las generales; logró un escaño contra todo pronóstico, y ahora busca la reválida. Unión Progreso y Democracia (UPyD), el partido fundado por la exsocialista Rosa Díez en septiembre de 2007 con la bandera de "partido nacional y laico", afronta la campaña de 2011 con 6.700 afiliados y un objetivo: disputarle a IU el título de tercera fuerza política nacional.
Sus cuatro convocatorias electorales han sido cuatro éxitos: generales de 2008 (306.000 votos -tantos como el PNV-, una diputada: Rosa Díez), autonómicas vascas de 2009 (un diputado), europeas de 2009 (450.000 votos, un eurodiputado, tercera fuerza política en 32 de las 52 capitales de provincia) y municipales de 2011 (465.000 votos, 152 concejales, ocho diputados regionales en Madrid).
Con un presupuesto de 1,2 millones de euros, UPyD hilvanará toda la campaña con actos callejeros en una docena de ciudades. El formato será el mismo que en las municipales de mayo: mítines en calles y plazas -si no llueve- en los que, tras la intervención de Rosa Díez y del candidato de la circunscripción, se pasará el micrófono a los ciudadanos para que pregunten, sugieran o propongan (o critiquen).
"Las mismas siglas"
Los responsables del partido confían al menos en revalidar el escaño de Díez, rascar el segundo por Madrid y lograr uno por Valencia, donde el cabeza de lista es el actor Toni Cantó. En Cataluña -donde han obtenido en estos cuatro años sus peores resultados-, UPyD se ha negado a concurrir en coalición con Ciutadans, una formación con un origen muy similar que allí tiene presencia parlamentaria. "No somos partidarios de franquicias ni de segundas marcas por territorios. Queremos defender lo mismo en todo el país. Y de hecho somos el único partido que se presenta con las mismas siglas en toda España", se ufanó hace días el número dos por Madrid, Carlos Martínez Gorriarán.
El programa de UPyD incluye medidas defendidas por partidos o grupos de izquierda -tributación igual de las rentas del trabajo y el capital, impuesto sobre grandes fortunas, dación en pago para hipotecas-, aunque sus responsables insisten en que no es un partido de izquierdas ni de derechas sino, simplemente, "nacional". Proponen la recuperación de competencias para el Gobierno central y una reforma del sistema autonómico (que aún no han explicado) para ahorrar gasto.
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