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Navarra rasga la cortina de silencio impuesta por ETA

La sociedad civil coincide en que la reconciliación será difícil

Junio de 1960, estación de Amara de San Sebastián: la niña de 22 meses Begoña Urroz, la primogénita de un matrimonio navarro recién instalado en Gipuzkoa, se convierte en la primera víctima de ETA.

30 de junio de 2009, Calvià (Baleares): el agente de la Guardia Civil Diego Salvá Lezáun, un joven de 27 años nacido en Pamplona, muere en el último atentado mortal cometido por la banda en España.

Entre estos dos asesinatos, los dos con víctimas relacionadas con la comunidad foral, han pasado cinco décadas, en las que la sociedad navarra ha vivido en primera persona la barbarie del terrorismo. Ahora afronta un nuevo tiempo sin violencia y se enfrenta al reto de una convivencia en la calle y en las instituciones.

La comunidad foral ha sido escenario de 40 asesinatos de la banda terrorista
Recomponer o no el diálogo con Bildu es un punto central del debate político

Navarra, eje de una de las principales reivindicaciones de la banda para su anexión al País Vasco, ha sido escenario de hasta 40 asesinatos a manos de ETA. El chantaje a los empresarios, la kale borroka y las amenazas han formado parte del día a día de muchos navarros, que tras el comunicado de cese de la violencia ven el futuro con esperanza y también con cautela. Así lo señala el profesor de Historia del Pensamiento Político y de los Movimientos Sociales de la Universidad Pública de Navarra Jesús María Osés.

Los navarros han visto cómo durante décadas el apoyo al terrorismo ha "herido trágicamente" el tejido social de la comunidad, según Osés, que mantiene que esas cuestiones ideológicas han causado un "tremendo daño entre amigos, familias ahora divididas, y creado una cortina de silencio sobre muchos temas". Recuperar todo esto, añade, "va a costar mucho tiempo y esfuerzo".

Del otro lado, los miembros de ETA -muchos de ellos navarros-, los que les apoyan, los presos y sus familias. También la izquierda abertzale, de nuevo en las instituciones desde el pasado 22 de mayo. En aquella cita electoral se puso de manifiesto la pluralidad de esta comunidad y la importancia del apoyo a Bildu, que sumó siete parlamentarios, 17 alcaldías y 184 concejales, la mayoría en la zona norte.

Sobre este punto, el presidente de los empresarios navarros, José Antonio Sarría, asegura que en muchas localidades navarras sigue existiendo un terrorismo "de baja intensidad", que se traduce en amenazas, ruedas pinchadas, insultos o pintadas. "Esta comunidad ha vivido muchos años de sufrimiento", incluidos los empresarios y sus familias, muchas extorsionadas y obligadas a abandonar Navarra bajo la presión del miedo.

A su juicio, aún debe pasar "un tiempo" para lograr recomponer esa situación, lo que "no será fácil" y dependerá, en buena medida, del papel a jugar por los alcaldes de Bildu en las localidades donde gobierna.

Recomponer o no el diálogo con Bildu se ha convertido en uno de los puntos centrales del debate político en la comunidad. Así, la necesidad de plantear, como han propuesto NaBai y Bildu, una iniciativa similar a la puesta en marcha por el lehendakari, Patxi López, en el País Vasco para abrir una mesa de diálogo con todas las fuerzas políticas, ha divido a los partidos navarros. UPN y PP se muestran en contra y apuestan exclusivamente por el Parlamento a la hora de debatir iniciativas. Además, tras las declaraciones realizadas por la presidenta, Yolanda Barcina, en las que aseguraba que Navarra "seguirá siendo foral y española", la izquierda abertzale le ha pedido diálogo y "responsabilidad" porque, puntualiza, "Navarra será lo que la mayoría de su población decida".

En este punto cobra especial interés el posicionamiento del PSN, que tras el comunicado de ETA da por rota la línea roja que hasta ahora mantenía con Bildu en las instituciones navarras. El cese de la actividad armada era lo que los socialistas habían pedido para dialogar con otros que podían tener "alguna vinculación" con el entorno terrorista, "pero diálogo no es negociación o acuerdo necesariamente", explica su secretario general, Roberto Jiménez, al tiempo que reivindica el papel de Navarra en el nuevo proceso.

Xabi Lasa, alcalde de Berriozar, una localidad navarra gobernada por NaBai con el apoyo de Bildu, explica que el comunicado de la banda va a cambiar en primer lugar, y sobre todo, la convivencia entre los políticos. "La violencia ya no va a condicionar el debate entre unos y otros, y esto va a dar mucha libertad para poder expresar opiniones".

Más escéptica se muestra Maribel Vals, vecina de Berriozar y portavoz del colectivo Vecinos de Paz, que sostiene que nada ha cambiado. "Aquí siguen las miradas en la calle con las que parece que te están perdonando la vida. No nos van a matar, pero tampoco nos van a dejar vivir, y hay poca esperanza en que esto cambie a corto plazo".

En este mismo sentido se pronuncian muchas de las víctimas navarras, entre ellas, por ejemplo, Salvador Ulayar, que con 13 años presenció cómo un etarra mataba a su padre en Etxarri Aranaz. Él se refiere al perdón y asegura que ésta es una cuestión "muy personal" que nadie puede exigir a nadie.

Una idea que comparte también el profesor Osés. "El perdón es un problema sobre todo personal, porque las heridas no son colectivas, y esto requiere tiempo y movimientos por parte de algunos".Tensiones territoriales

ELECCIONES 2011

Rufi Etxeberria, en un acto <i>abertzale</i> en Pamplona.
Rufi Etxeberria, en un acto abertzale en Pamplona.LUIS AZANZA

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