Duarte: "Le he ofrecido el oro y el moro a Escribano para que solucione rápido"
El industrial preveía repartir con el exdiputado "dos milloncejos" de la Xunta
En su propósito de influir en las Consellerías de Medio Ambiente e Industria del Gobierno gallego siempre a favor de la empresa Manmer SL, el entonces diputado del PP, Javier Escribano y el gerente de la firma, Fermín Duarte, tocaron tocas las teclas que tenían a mano. Así consta en el sumario de la Operación Arena que motivó la imputación del dirigente popular por parte del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, que le acusa de cohecho y tráfico de influencias.
Para que la sala del tribunal llegase a esa conclusión fue fundamental el trabajo de la Brigada Especializada en Delitos Económicos del Cuerpo Nacional de Policía. Tras intervenir el teléfono del industrial, los agentes constataron la intensa relación entre ambos. Así lo delata el tráfico de llamadas de Duarte a Escribano y viceversa durante los meses de mayo, junio y julio. Los pinchazos telefónicos dejan entrever la desesperación de ambos por reunirse con los conselleiros de Medio Ambiente, Agustín Hernández, el departamento competente para autorizar el uso de la zahorra de Manmer -importada de Holanda con residuos potencialmente contaminantes- en obras, y el de Industria, Javier Guerra, que desde hace un año mantiene un expediente abierto contra la empresa de Duarte, tras otra denuncia de la Asociación Gallega de Áridos.
Duarte logró una reunión con un cargo de Industria sobre Manmer
El exparlamentario dice que se interesó por "un problema de una persona"
Político y empresario utilizaron sus contactos en la Cámara de Comercio de Ferrol para solicitar una entrevista con el director general de Industria, Ángel Bernardo Tahonces, y llegaron a enviar desde esta institución un escrito a la Consellería. En una de las conversaciones intervenidas, del pasado 18 de julio, Escribano llama a Duarte y le advierte que ha remitido la carta desde la Cámara de Comercio de Ferrol a la atención de Tahoces. El empresario le contesta que durante la última semana de julio va a ver a los dos conselleiros (Hernández y Guerra), aunque matiza: "Igual es preferible que vaya por procedimiento reglamentario, primero el director general [Tahoces], que es un tío con un par de huevos y manda más que el conselleiro".
En ese diálogo, Escribano se lamenta de que ambos sigan sin tener noticias del director general de Avaliación e Calidade Ambiental del departamento de Medio Ambiente, Justo de Benito. Y propone pasar a la acción con Tahoces. "Yo a estas alturas ya no andaría con contemplaciones, si le metes ya el misil, se lo metes y punto, porque yo sigo esperando a que me llame Justo, ¿porque a ti tampoco te ha llamado, no?". En esas conversaciones, el diputado del PP presume de formar parte de la Comisión de Industria, Energía, Comercio y Turismo y asegura que va a aprovechar una comparecencia de Guerra para abordarlo y tratar el tema de la empresa.
La policía ha constatado que las gestiones de Escribano y Duarte dieron sus frutos puesto que el empresario logró tener una reunión a mediados de agosto con un cargo del equipo de Tahoces, el subdirector general de Administración Industrial, Tomás Nogueira. La Consellería de Industria aseguró el pasado martes a este periódico que no tiene constancia de que Escribano se dirigiera a su departamento ni a través del titular, Javier Guerra, ni al director general, Ángel Bernardo Tahoces. Admitió, sin embargo, que el expediente abierto a Manmer a raíz de una denuncia de la Asociación Gallega de Áridos en octubre de 2010 continúa un año después en fase de tramitación, precisamente en el departamento que dirige Tomás Nogueira, el subdirector que, según la policía, recibió a Duarte.
Los investigadores relacionan esa sucesión de llamadas con una conversación anterior de Duarte con un familiar suyo, el 27 de junio, en la que le cuenta una reunión que ha mantenido con Escribano. Aluden a un plan que habían trazado entre ambos para exigir una indemnización a la Xunta por impedirle vender los residuos, que, según Manmer, están homologados en Holanda. De lo contario, amenazarían con denunciar la prohibición ante las autoridades comunitarias. Su idea era pedir dos millones de euros a la Xunta, de los que una parte, según los investigadores, serían para Escribano. "Dos milloncejos para Fermín y Fermín desaparece", cuenta Duarte a su familiar. Cuando se le pregunta qué pasa con Escribano, responde que "una parte se la lleva él". En otro momento de la conversación, el empresario sostiene que Escribano se está portando bien y añade: "A ver si hay suerte, yo le he ofrecido el oro y el moro por si soluciona rápido". Estas frases hacen concluir a los agentes que el diputado y el empresario habían pactado comisiones ilegales a cambio de que el político del PP tirase de sus contactos en el Gobierno gallego para favorecer a la empresa de materiales de construcción.
En una entrevista publicada ayer en La Voz de Galicia, Escribano no negó que hubiera realizado gestiones a favor del industrial: "Lo que hice fue interesarme por un problema de una persona que se dirigió a mí para exponerme su situación y lo hice como lo he hecho a lo largo de dos años que llevo como diputado con decenas de colectivos y personas..." La policía sospecha que en septiembre Escribano recibió un soplo, lo que frustró el avance de sus investigaciones. En una conversación grabada, el exdiputado contó a una amiga que el alcalde de A Coruña y presidente provincial del PP, Carlos Negreira, le había advertido de que tenía el teléfono pinchado. A partir de ese momento su actitud cambió y dejó de hablar por el móvil.
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