Özil se queda sin oxígeno

El pasado sábado, en Anoeta, cuando las cámaras enfocaban a Özil lo que se veía era una cara color rojo púrpura. El alemán parecía asfixiado por el esfuerzo. Duró 62 minutos en el campo. Se marchó cabizbajo, con su cinta blanca en el pelo, para dejar sitio a Kaká. Curioso, porque era el partido en el que José Mourinho había decidido dar descanso a Kaká, Khedira y Marcelo. No hubo manera, el brasileño entró en los últimos 30 minutos, cuando más presionaba la Real. "Mesut está sin oxígeno, no está para 90 minutos", sostienen fuentes del club.

Tanto es así que de los 13 partidos disputados por el Madrid entre Liga y Champions, el alemán no ha jugado entero ninguno. Solo en la Supercopa, el 14 de agosto en el Bernabéu, no fue sustituido. La temporada no había empezado todavía y aquel día marcó su único gol en lo que va de curso. Özil promedia 58 minutos (por los 77 del año pasado). Incluso jugadores como Pepe, con cuatro partidos menos, han sumado más minutos que él (990 por 968). No es casualidad que en los dos mejores partidos de los blancos (en Málaga y en casa contra el Villarreal), aquellos en los que el equipo salió como un huracán llevándose por delante cualquiera que se cruzara por su camino, Özil permaneciera en el banquillo. En ambos choques entró para dar el relevo en la segunda parte. Primero a Kaká y luego a Di María. Eso es, cuando el ritmo del juego había bajado. El jugador, de 23 años, ha perdido velocidad. Va con una marcha menos y a veces incluso dos. Kaká y Di María, que han ido de menos a más, le han desterrado.

Mourinho: "El año pasado era el único diez. Ahora están Kaká, Coentrão..."

Para hacer un hueco al brasileño -"empiezo a ver los cambios de ritmo que tenía cuando estaba en el Milan", dijo Mou- el entrenador decidió desplazar a Özil a la banda derecha, posición que requiere más empuje y frescura que la de enganche. Ahora que Di María ha vuelto a tener ambas cosas, se ha adueñado de esa orilla. Resultado: Özil juega cuando hay que dar descanso a uno de ellos dos. Intermitente hasta ahora, esta noche en Gerland volverá a tener el papel principal ya que Kaká se ha quedado en Madrid por una contusión en el sóleo.

El alemán fue uno de los jugadores más destacados y participativos el año pasado. Empezó la gira por Estados Unidos a finales de julio con el mismo ritmo con el que terminó el curso en mayo. Rápido y continuo. Preciso en el pase, jugando entre líneas. Luego fue perdiendo pujanza poco a poco. Quizás se note más ahora que el Madrid juega a otra velocidad. Higuaín le defendió el lunes en un acto publicitario. "Mesut es un chico de gran calidad y nosotros le vemos como siempre. Cuando juega ayuda al equipo igual que los otros 24 que estamos en la plantilla. Lo que pasa es que Ricardo está en un buen momento", aseguró el punta.

Tan bueno que ha dejado en evidencia a Özil. La competencia ha terminado afectando al alemán. Aunque él siga repitiendo en varias entrevistas que se siente mejor que nunca. Respecto al año pasado, en el que nadie le pudo discutir su sitio, regatea menos (promediaba un regate cada 17 minutos por uno cada 20 de ahora) y no participa tanto a la hora de iniciar las jugadas (comenzaba una cada 10 el año pasado y en lo que va de Liga, una cada 13). ¿Qué ha perdido Özil?, le preguntaron a Mourinho. "El año pasado estaba solo. Era el único número diez. Este año está Kaká, está Coentrão... El equipo es mejor, tiene más soluciones y así las cosas es difícil para cualquiera ser titular o jugar 90 minutos enteros", contestó. Dio la sensación de que el alemán ya no es insustituible. "Si el año pasado llegamos aquí sin Arbeloa o Carvalho, por ejemplo, es un problema. Este año no, somos más equipo".

Según Mustafá, padre y desde hace un par de meses también representante de Özil, el problema de Mesut es que corre por todos. Eso declaró al diario alemán Welt am Sonntag a principios de octubre. "Fíjese en cómo juega el Barcelona. Ahí hay 10 hombres trabajando por Messi. Mesut es el 10 del Real Madrid, pero los demás no trabajan para él. Corre entre 12 y 14 kilómetros por partido, baja a por balones y los reparte arriba. A la larga, eso cuesta mucha energía", dijo. Özil quita hierro al asunto: "Mi meta es afianzarme como titular". Hoy, sin Kaká, tiene cancha libre.