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Amaiur presenta la unión 'abertzale' como el motor de una paz "justa y definitiva"

La coalición realiza un simbólico acto en la localidad navarra que le da nombre

El País

La izquierda abertzale parece mostrar preferencia por poner el motor como metáfora política. Si Rufi Etxebarria, cabeza visible y destacada del soberanismo -al menos mientras Arnaldo Otegi siga en la cárcel-, planteó anteayer en el primer gran acto independentista tras el comunicado de ETA que la izquierda abertzale deberá ahora ejercer como "motor" de la nueva fase de "revolución democrática nacional", ayer fue Amaiur quien se apuntó a la imagen.

La coalición con que la izquierda independentista se presenta a las urnas el 20-N organizó un acto cargado de simbolismo en la localidad del valle de Baztán que le da nombre, donde se desarrolló en 1522 el asedio con el que culminó la conquista de Navarra por Castilla. Los independentistas lo consideran, y así lo reiteraron ayer los candidatos presentes, como un "emblema de resistencia" donde los vascos perdieron su "soberanía".

El manifiesto que leyeron los aspirantes por Navarra Sabino Cuadra y Marian Gorraiz recalca que la unión abertzale que sus siglas representan "debe ser el motor que lleve a este pueblo a un escenario de paz justa y definitiva, y la construcción de un país socialmente más justo y equilibrado".

Al acto asistieron los cabezas de lista para el Congreso por Gipuzkoa, Bizkaia y Álava -Maite Aristegi, Iñaki Antigüedad e Iker Urbina, respectivamente-, así como otros candidatos como Rafa Larreina, Jonathan Martinez, Aritz Romeo, Laura Mintegi o Xabier Mikel Errekondo.

Amaiur, que disputará en laas urnas del 20-N, la gran batalla con el PNV por la hegemonía nacionalista, asegura en el manifiesto que quiere ser "la representación de la ciudadanía vasca en el Congreso y en el Senado", para que se escuche en Madrid "la voz de Euskal Herria exigiendo el reconocimiento de sus derechos nacionales, incluidos los derechos lingüísticos, sociales, culturales y medioambientales". Y para rematar el simbolismo del acto, el texto concluye: "Perdimos nuestra soberanía en el siglo XVI. Que a nadie le que ninguna duda: en el siglo XXI vamos a recuperarla".

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