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La crisis del euro

El BBVA dispone de un colchón de 4.700 millones para reforzar capital

El banco cifra en 404 millones la factura por la depreciación de la deuda española

Amanda Mars

La crisis de la deuda soberana ya ha convergido con la bancaria y la obsesión del momento en España -una de ellas- es si su industria financiera puede cumplir con las nuevas exigencias de capital que plantea Bruselas ante los aprietos de los llamados países periféricos (Grecia, sobre todo, pero también Italia, Portugal y España). El segundo banco español, el BBVA, se desmarcó ayer de la zona de peligro y se consideró con margen de maniobra para cumplir "holgadamente" los requisitos, sin acudir al mercado, gracias a una generación orgánica de capital de unos 4.700 millones de euros.

Es el colchón fruto de la actividad ordinaria y el modelo de gestión de riesgos entre junio de 2011 y junio de 2012, la más que probable fecha para el nuevo examen de capital a la banca europea, explicó ayer el consejero delegado del BBVA, Ángel Cano.

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El BBVA tiene hoy un core capital o capital de gran calidad del 9,1%, pero con los criterios más exigentes de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés) se queda en un 8%, a un punto del exigido. Esa diferencia supone unos 3.250 millones.

Pero, además, el ratio también variará al rebajar el valor de los bonos soberanos que los bancos tienen en sus carteras al precio actual de mercado (ese cálculo que al mundo financiero le gusta llamar, en inglés, mark to market). El impacto para el BBVA será de algo más de 400 millones, con lo que la necesidad puede situarse en torno a 3.800 millones.

El riesgo del banco en deuda de los países europeos suma unos 26.200 millones, de los que la mayor parte (22.500) corresponden a España y unos 2.500 a Italia. La exposición a Grecia, Irlanda y Portugal es mínima. El recorte de valor de la deuda española, el grueso, supone los citados 404 millones. El vencimiento medio del paquete de deuda es de 2,8 años, según el BBVA, lo que contiene las minusvalías.

Los nuevos requisitos europeos respecto a capital básico afectan también a los otros cuatro mayores grupos españoles: Santander, Bankia, Caixabank y Popular. El consejero delegado del BBVA se sumó a la crítica lanzada hace unos días por el presidente del Santander, Emilio Botín -que criticó la exigencia de recapitalización "indiscriminada"-, y advirtió de que algunas medidas se pueden impulsar por "intereses políticos". "Podemos encontrar peticiones de capital adicional a entidades a las que no le hace falta", dijo.

Y los mercados digieren mal la incertidumbre. Por eso, Cano consideró que de la cumbre de ayer en Bruselas (para tratar la recapitalización y la crisis griega) era "mejor que no haya acuerdo, que un mal acuerdo" poco concreto. Defendió una paquete global de medidas, aun a costa de retrasarlo unas semanas. Sobre las dudas que siembra el PP respecto a los balances de los bancos, al asegurar que deben sanearse, recalcó que "el PP no conoce lo que hay en los bancos, lo saben los auditores, el Banco de España y los propios bancos".

Sí es de dominio público la necesidad de inversores de las cajas nacionalizadas: CAM, CatalunyaCaixa, Unnim y Novacaixagalicia. El BBVA confesó su apetito por hacerse con parte del pastel. Cano dio por hecho de estas entidades "saldrán a subasta en los próximos 12 meses". Luego, en el turno de preguntas, reculó y recalcó que "la única entidad cuya subasta se ha puesto sobre la mesa es la CAM", aunque señaló respecto al resto que "va a ser difícil que encuentren los inversores privados". Doce meses es el plazo que tienen las entidades rescatadas por el fondo público (FROB) para lograr recursos privados.

Estos cuatro grupos suponen una cuota de mercado de entre el 20% y el 25% que va a cambiar de dueños y el BBVA "es una de las entidades más fuertes para quedarse con parte" de la tajada.

Cano sacó pecho por la fortaleza del BBVA, que cerró el tercer trimestre de 2011 con una caída del beneficio del 14%, hasta los 3.143 millones, por lo convulso de los mercados, pero mantuvo la tasa de morosidad en el 4,1% (con una cobertura del 60%). Las cifras empeoran al bajar el foco a España: las ganancias menguaron un 38% (hasta los 1.162 millones) y la morosidad subió al 4,9%, dos décimas más que en junio, pero el banco recalca que se debe al retroceso de la inversión crediticia y que los saldos dudosos no crecieron. La cobertura alcanzó el 42%.

Cano (derecha) junto al director financiero del BBVA, González Cid, ayer en la presentación de resultados.
Cano (derecha) junto al director financiero del BBVA, González Cid, ayer en la presentación de resultados.B. PÉREZ

Sobre la firma

Amanda Mars
Directora de CincoDías y subdirectora de información económica de El País. Ligada a El País desde 2006, empezó en la delegación de Barcelona y fue redactora y subjefa de la sección de Economía en Madrid, así como corresponsal en Nueva York y Washington (2015-2022). Antes, trabajó en La Gaceta de los Negocios y en la agencia Europa Press
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