Educación amplía su plan de atención especial a estudiantes desfavorecidos

Educación ha presentado ya a los agentes educativos el documento estratégico en el que basará la atención al alumno con necesidades especiales en los próximos años. El nuevo plan estratégico ideado por la consejería para atender a la diversidad en la escuela se aplicará entre el curso actual y el 2015-2016 y tiene como principal característica el mayor hincapié que hace en algunos estudiantes, como los de altas capacidades o los alumnos en situación de especial vulnerabilidad por vivir en contextos socioeconómicos de riesgo.

La iniciativa, denominada plan estratégico de atención a la diversidad en el marco de una escuela inclusiva, recoge medidas generales que adaptan el sistema educativo ordinario a alumnos con necesidades especiales. Entre ellas destaca la necesidad de cambiar las normativas de este campo, que a pesar de ser referentes en España se han quedado desfasadas con la aplicación de la Ley Orgánica de Educación (LOE). La nueva estrategia exige relacionar buena parte de la actividad de los centros con la perspectiva inclusiva y revisar el número de profesionales especializados que se destinan hoy para atender al alumnado con necesidades especiales y específicas.

El 80% de los colegios deberán ser accesibles dentro de cinco años

El plan aglutina a colectivos muy diferentes, desde niños con discapacidades físicas o mentales -un tipo de estudiantes al que se han dirigido buena parte de los planes anteriores y los recursos-, hasta otros con altas capacidades, pasando por adolescentes con problemas de conducta en contextos de riesgo o menores de familias desfavorecidas.

También acoge bajo su paraguas a alumnos con fracaso escolar -Euskadi tiene los niveles más bajos de todo el Estado-, desmotivados, con problemas de aprendizaje y trastornos como el de déficit de atención, jóvenes que han entrado tarde al sistema educativo, con dificultades con el idioma o con problemas de salud que les ausentarán de la escuela durante un tiempo considerable.

Para atender a estos alumnos hay aspectos mejorables identificados en el documento, al que las asociaciones del sector y los agentes educativos podrán hacer aportaciones hasta mediados de noviembre. Entre las debilidades está la falta de una normativa acorde, la necesidad de mejorar la coordinación entre instituciones -por ejemplo, entre Osakidetza y Educación- o la poca importancia que se les da a espacios como los recreos o a las actividades extraescolares para lograr la inclusión real de estos jóvenes.

El equipo que ha elaborado el documento detecta un "riesgo de baja exigencia por parte del profesorado" hacia estos alumnos y también de algunas familias, así como una tendencia a la "autocomplacencia del sistema". Además, alerta de la existencia de familias que perciben "como amenaza la existencia de alumnado diverso en las aulas" y la idea de segregar estudiantes que suele estar relacionada con estas actitudes.

Para dar una vuelta de tuerca al sistema de atención a la diversidad, Educación quiere que en todos sus niveles se empleen protocolos para tomar decisiones en clave inclusiva y que cada centro tenga un plan de diversidad que influya a todos los proyectos que se llevan a cabo en las aulas. Incluso se exige una revisión de programas y metodologías para que respondan a las necesidades especiales o específicas de estos alumnos y proyectos curriculares lo suficientemente flexibles para que puedan estar en ellos.

Esta filosofía deberá alcanzar también a los programas estrella de esta legislatura, como el marco de educación trilingüe, que podrá suponer dificultades para colectivos como el sordo cuando se extienda a todo el sistema educativo a partir de 2013, o Eskola 2.0, que con aplicaciones especiales está ya adaptado para niños ciegos. La inclusividad también deberá ser tenida en cuenta a la hora de realizar las evaluaciones diagnósticas, documentos que efectúa el Isei-Ivei, el Instituto vasco de Evaluación e Investigación Educativa, y en cuyos resultados se basan todos los planes de mejora de los colegios públicos.

Todos los centros que desarrollen proyectos y buenas prácticas de inclusión tendrán incentivos que aún no se han definido, y se deberá impulsar la participación de las familias desfavorecidas y la cercanía hacia estas, un objetivo para el que se formará al profesorado. El documento esboza las líneas generales de la atención a la diversidad, pero también recoge algunas metas concretas. Por ejemplo, recoge que el 80% de los colegios tendrán que ser accesibles en todos los sentidos dentro de cinco años.

La consejería ha establecido también objetivos de concienciación y sensibilización hacia la escuela inclusiva.