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Entrevista:PIER LUIGI BERSANI | Líder de la oposición italiana

"Hay que reconstruir Italia"

Andrea Rizzi

Pier Luigi Bersani usa a menudo el verbo "reconstruir" cuando habla de su proyecto político para Italia. El concepto evoca la idea de un país dejado en ruinas por la era berlusconiana, aunque el líder del progresista Partido Democrático (PD) no llegue a explicitarlo. Como secretario de la principal formación de la oposición, Bersani (Piacenza, 1951) tiene muchas posibilidades de ser el candidato de la coalición progresista para las próximas elecciones generales, previstas para 2013, pero que parece cada vez más probable que sean adelantadas. Exministro de Desarrollo Económico, formado políticamente en las filas del Partido Comunista, Bersani ganó en 2009 las primarias para liderar el PD, formación que hoy ronda el 30% en los sondeos.

"Es necesario recuperar nuestro papel y prestigio en Europa"

Pregunta. ¿Cómo explica que los italianos hayan decidido tres veces dar el poder a un político como Silvio Berlusconi?

Respuesta. Si Berlusconi fuese solo un personaje de comedia, esta realidad sería inexplicable, y los italianos, simplemente, unos tontos. Pero Berlusconi -con un mecanismo de anticipación que a menudo Italia ha protagonizado en la historia- ha sido protagonista de una plataforma política de derechas que luego se ha demostrado muy exitosa en el mundo, con un discurso anti-impuestos, anti-pública administración, anti-inmigración. A esta plataforma, Berlusconi ha dado un corte claramente populista, con una fuerte afirmación del aspecto personal y la constante agitación del fantasma del enemigo, sean los jueces, los comunistas o los inmigrantes. Además, Berlusconi ha utilizado su poder económico y mediático. Esta fórmula populista no es ausente en otros países europeos, aunque por suerte no está en el poder. Por tanto, cuidado: Berlusconi no es un fenómeno completamente aislado de las grandes tendencias políticas que se han desarrollado en nuestro tiempo. Si Italia logra superarlo, tendrá una lección interesante para los demás.

P. ¿En esta explicación no habría que incluir las responsabilidades de la izquierda?

R. El deporte preferido de la izquierda es machacarse. Puedo hacerlo yo también. Hemos cometido errores. Uno ha sido no tener plena constancia de lo que acabo de decir: que este hombre no ha sido simplemente una caricatura, sino el portador de una política. Además, no siempre hemos logrado fundir la indignación cívica con las cuestiones sociales. Así, durante mucho tiempo, la gente, incluso en este marco inaceptable, prefirió creer en las promesas de Berlusconi.

P. ¿Ha sido cinismo social? ¿Votarle, a pesar de todo, para defender intereses egoístas?

R. Sí. Pese a la indecencia, los intereses se han quedado ahí, de su lado. Ahora, desde varios ambientes del establishment ha surgido la petición de que Berlusconi dé un paso atrás. Yo sigo diciendo que podían haberlo exigido antes. Y que no haberlo hecho tenía esa explicación también.

P. ¿Piensa en la Iglesia y en la patronal?

R. La Iglesia la dejo aparte. Ellos hacen sus reflexiones. Pero sí, sin duda los industriales, sectores financieros y grandes periódicos han concedido demasiado. Es justo decirlo, porque en el futuro no será posible aceptar formas de egoísmo social. Algunos han pensado que quedándose cerca de Berlusconi y del centroderecha se quedaban protegidos.

P. ¿Cree que Italia sale de este oscuro periodo debilitada solo económicamente, o también con un declive civil y cultural?

R. Yo creo que la que tenemos enfrente es una tarea de reconstrucción. Esta es la palabra clave. Nuestra batalla. Ahora no se trata solo del cambio de un Gobierno a otro. Iremos más allá y preguntaremos a los italianos: ¿Queremos seguir en la excepcionalidad italiana, en la búsqueda del salvador de la patria, en un sistema en el que los nombres propios cuentan más que los partidos? ¿O queremos reformar nuestra democracia y volver a una senda sólidamente constitucional? Hay que comprender que el populismo es una democracia que no decide. No hemos tenido ni una reforma en estos años. Porque los populistas no usan el consenso para gobernar, sino usan el Gobierno para retener el poder. Esto nos ha paralizado. Hay que superar esta situación. Esta tarea la llamamos reconstrucción democrática y social de Italia. Porque, ¡cuidado!, no es automático que, liberados de Berlusconi, nos liberemos de la enfermedad. Hay que recuperar el prestigio de Italia empezando por nuestro papel en Europa. Berlusconi nos ha dejado fuera de todo. Nadie quiere fotografiarse con él.

P. ¿Cómo pretende impulsar este proyecto de reconstrucción? Cuando el centroizquierda ha formado coaliciones amplias, ha ganado, pero no pudo gobernar. Cuando las hizo más homogéneas, perdió. ¿Cuál es su plan?

R. Ya que la palabra de orden es reconstrucción, la propuesta política tiene que ser amplia. Un encuentro entre fuerzas progresistas y moderadas. Pero estas fuerzas tienen que dar garantías de gobernabilidad. Estamos trabajando para que haya un pacto vinculante en los puntos críticos y un mecanismo que establezca y garantice la estabilidad. En síntesis, hay que decir que es la batalla será dura y larga. Que todos tendrán que hacer un esfuerzo, pero quien tiene más tiene que dar más. Hay que poner mano al mercado laboral, para que el trabajo estable cueste un poco menos, y el precario un poco más. Hacer liberalizaciones en algunos sectores. Reequilibrar el Estado de bienestar para redirigir recursos hacia los jóvenes.

Luigi Bersani, secretario nacional del Partido Democrático.
Luigi Bersani, secretario nacional del Partido Democrático.Á. GARCÍA

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Sobre la firma

Andrea Rizzi
Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y autor de una columna dedicada a cuestiones europeas que se publica los sábados. Anteriormente fue redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. Es licenciado en Derecho (La Sapienza, Roma) máster en Periodismo (UAM/EL PAÍS, Madrid) y en Derecho de la UE (IEE/ULB, Bruselas).

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