Una emoción compartida

En la Orquesta Barroca de Sevilla (OBS) no solo los instrumentos, sino también las voluntades suenan al unísono. En su trabajo de recuperación de la música antigua, ha obtenido importantes logros pese a bailar siempre en el filo de la navaja. Uno de los factores que la ha hecho fuerte es la intensa implicación de sus miembros con el proyecto musical. Hay compañerismo y ansias de gozar con la música como si cada concierto fuera el último.Sus esfuerzos se han visto recompensados y la OBS, fundada en 1995, obtuvo el pasado 11 de octubre el Premio Nacional de Música en la modalidad de Interpretación. Otorgado por el Ministerio de Cultura, el galardón está dotado con 30.000 euros.

Ventura Cano, cofundador y coordinador de la orquesta, también toca el contrabajo en esta formación musical. La fundó con Barry Sargent. Cano es profesor de viola da gamba del Conservatorio de Música de Sevilla. "Barry

Los intérpretes resaltan el valor del espíritu colectivo de la formación

y yo nos conocimos dos años antes de fundar la orquesta en un curso de música en Algeciras. Los dos éramos profesores. Constatamos que había una generación de gente joven que se interesaba por la música antigua y tenía ya una cierta trayectoria. Había una iniciativa de Orquesta Barroca en la Universidad de Salamanca, así que siguiendo este ejemplo pensamos que podríamos iniciar una orquesta", evoca Cano. El primer concierto de la OBS fue en el Festival de Música Antigua de Aracena en 1995. "En ese concierto participamos 10 músicos. Ahora variamos entre los 14 y 35 músicos dependiendo del repertorio", comenta Cano.

"Hay una cosa importante: que no tiene director titular desde hace 11 años, desde que Barry Sargent se marchó. No hay nadie que pueda hacerlo todo bien. Al no tener un director titular los músicos de la orquesta llamamos para hacer determinados repertorios a quien consideramos más competente en ese repertorio. Si alguien nos dirige y no nos gusta, no vuelve. El mundo de la música está muy jerarquizado y el director ejerce un poder absoluto e impone sus virtudes y defectos al grupo. Si un músico es más o menos endeble, la orquesta aguanta; pero si el director es endeble, la orquesta no funciona. Tenemos un núcleo de músicos que llevan desde casi el principio de la orquesta y siempre los llamamos. Al resto, los llamamos en función del repertorio", explica Cano.

Mercedes Ruiz, violonchelista de la OBS, abunda en esta idea. "Tengo la sensación de tocar en una orquesta que está abierta a todo lo que puede aportar una persona que venga de fuera. Como no hay un director que delimita demasiado el carácter de la formación, la flexibilidad es algo fundamental en este grupo", señala Ruiz, una cordobesa que ha tocado también con grupos de Alemania y España. "Hay un grupo que se deja la piel. No hay ninguna persona que esté enalteciéndose y llevándose los logros. Somos un grupo dedicado a la música por encima de todo", dice Ruiz.

La OBS hace una labor fundamental en la recuperación del patrimonio musical. "Queremos, por una parte, hacer el gran repertorio internacional: Bach, Haydn, Monteverdi, Corelli, Haendel... Y, por otra, hacer un trabajo de recuperación de patrimonio español. Tenemos un convenio con la Universidad de Sevilla: el proyecto Atalaya. Hacemos investigación, edición de partituras, edición discográfica y difusión en conciertos. Dentro del proyecto Atalaya hemos grabado un disco con música de Juan Francés de Iribarren (1699-1767), maestro de capilla de la Catedral de Málaga. En 2010 grabamos un disco de Pedro Rabassa (1683-1767), maestro de capilla de la Catedral de Sevilla, que saldrá ahora. Y vamos a grabar dentro de un mes un disco de Juan Manuel de la Puente (1692-1753), maestro de capilla de la Catedral de Jaén. Exhumamos música andaluza del Barroco", explica Cano.

Su primer disco fue en 2001, Las siete últimas palabras de Cristo en la cruz, con música de Haydn. La OBS grabó luego un oratorio de Domenico Scarlatti que está descatalogado. Esto les llevó a crear su propia discográfica: OBS Prometeo, que ha editado Pardiobre!, con música de Iribarren; Arde el furor intrépido, con música de Iribarren y Jayme Torrens (1741-1803); Salve regina, con obras de Domenico Scarlatti (1685-1757), y Sinfonías, de Carles Baguer (1768-1808).

María de Gracia Ramírez lleva 10 meses en la orquesta. Esta sevillana que toca la viola ha cumplido un deseo de su infancia. "Recuerdo que de pequeña iba a escuchar a la Orquesta Barroca. Siempre la veía como una inspiración y me decía que me gustaría tocar en ella. La orquesta tiene el don de hacer que los músicos se impliquen muchísimo. Ellos me dan la libertad de ser como soy y aportar mi grano de arena. Y eso hace que quiera luchar con ellos y seguir haciendo cosas juntos", dice Ramírez.

Cano resalta que "hay una emoción colectiva". "Lo que la orquesta me ha dado ha sido participar de muchísimos momentos de emoción compartida con mis compañeros como intérpretes. Y esa emoción que se generaba se trasladaba al público. Como somos una orquesta intermitente, siempre al filo de lo imposible, cada concierto cobra una dimensión importantísima. Esa emoción, esa implicación de los músicos de la orquesta,es lo que me hace sentirme tan unido a ella", indica Cano.

La OBS tuvo en 2010 un presupuesto de unos 500.000 euros, de los cuales 325.000 provinieron de contratos con instituciones andaluzas como contrapartida de conciertos (Ayuntamiento, 135.000 euros; Universidad de Sevilla, 120.000; Junta, 70.000). El Ministerio de Cultura aporta una subvención anual de 30.000 euros. El resto viene de ingresos por conciertos con otras entidades. La Fundación José Manuel Lara ha subvencionado un disco de Haydn que saldrá próximamente. En 2008, contando con el patrocinio de Cajasol, la OBS tuvo un presupuesto de 800.000 euros.