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Entrevista:ALMUERZO CON... ADA YONATH

"Viajar al espacio... No, no es mi destino favorito"

Ada Yonath baja al vestíbulo del hotel dispuesta a un encuentro que, seguramente, no le entusiasma. Los periodistas, contará luego esta mujer jovial y enérgica, le han hecho bastantes faenas al citar mal sus palabras. Pero es una premio Nobel (de Química, 2009) y asume la tarea. La cita para comer es en el bar de su hotel porque tiene que dar una conferencia, a primera hora de la tarde, en el Congreso Internacional de Cristalografía que se celebra, con el patrocinio de la Fundación BBVA, en el edificio de enfrente. En la cafetería, Yonath exhibe sus pinitos en español, entiende la carta y pide "jamón". Pero no quiere comer mucho, descarta el jamón y opta por un plato de carne, un filete "entre muy hecho y medio hecho, sin sangre", pide al camarero, esta vez en inglés.

La premio Nobel dice que nunca ha tenido problemas en la ciencia por ser mujer

Yonath, con 72 años muy activos, recibió el Premio Nobel de Química -junto con Venkatraman Ramakrishnan y Thomas A. Steitz- por el descubrimiento de la estructura y la función del ribosoma, la fábrica de proteínas dentro de la célula a partir de la información que está en los genes. Sin este mecanismo complejo no hay vida, dice esta especialista del Instituto Weizmann (Israel), que colabora con colegas de todo el mundo y pasa buena parte de su tiempo viajando.

"Nunca decidí ser científica, de pequeña me gustaba comprender las cosas y me hacía preguntas, quería saberlo todo mucho antes de que supiera que la ciencia podía ser una profesión". Sacaba buenas notas y estudió Química en la universidad con becas, trabajando al mismo tiempo. Lo esencial, dice, es "amar la ciencia".

A la pregunta de si es difícil alcanzar el máximo nivel siendo mujer, responde: "No sé. No creo que haya correlación entre género y éxito en esto; para mí la clave está en la calidad de tu proyecto de investigación. Yo no he tenido problemas".

Hay muchas mujeres investigadoras, pero pocas dirigen institutos o laboratorios. "Convertirse en jefa de laboratorio exige tiempo, artículos científicos, hacer muchas cosas, puede ser difícil para la mujer realizarlas a la vez que tiene hijos. Pero también hay muchas mujeres que sencillamente rechazan la competición para superar estos retos o que disfrutan siendo científicas sin necesidad de ser jefas", dice Yonath. Su marido también es químico y tienen hijos y nietos.

Yonath es una mujer inquieta en su trabajo e incluso dirigió experimentos realizados en los transbordadores espaciales de la NASA. "Solo el primero fue satisfactorio; luego, las condiciones en el espacio no te permiten hacer buenos experimentos porque los laboratorios son reducidos, no puedes utilizar muchos materiales necesarios, no puedes hacer seguimiento ni cambios sobre la marcha". ¿Le gustaría ir a la estación espacial en persona? "No especialmente: estar en un sitio tan reducido, cerrado, sin buena comida, sin un buen sitio para dormir... No es mi destino favorito".

Saca ella el tema de la prensa y se manifiesta muy crítica con quienes han puesto en su boca palabras que nunca dijo, quejándose de que, al hacerse con el Nobel, los periodistas quisieron que expresase sus opiniones políticas. "Pero la ciencia está por encima de la política", dice. Pide un café solo, doble, y acaba rápido: tiene que dar su charla en el congreso.

Yonath: "La ciencia está por encima de la política".
Yonath: "La ciencia está por encima de la política".SAMUEL SÁNCHEZ

Cosmopolitan Bar. Madrid

- Corte de ternera a

la parrilla: 15 euros.

- Huevos rotos con jamón: 10.

- Cerveza sin alcohol: 4.

- Agua mineral con gas: 2,5.

- Cafés: 4.

Total: 35,50 euros.

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