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Berlín dice que el recorte en la deuda griega será mayor de lo previsto

A una semana escasa de la decisiva cumbre de Bruselas en la que se decidirá el futuro del fondo de rescate europeo para tratar de aplacar una crisis de doble hélice (bancaria y fiscal), Alemania empieza a enseñar sus cartas. Su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, se apuntó ayer a la tesis de que los recortes pactados por la eurozona en julio para la deuda griega serán mayores de lo previsto. La banca debería asumir así una parte más importante de la factura que supondrá un impago griego, como ya indicó el pasado sábado la vicepresidenta española, Elena Salgado, tras la cumbre del G-20. Los líderes de la eurozona decidieron el pasado 21 de julio que la participación "voluntaria" del sector privado en la reestructuración de Grecia ascendería al 21%; el mercado baraja cifras que van del 50% al 60%.

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"Una solución duradera para Grecia no es posible sin un impago de la deuda, que deberá ser mayor al pactado el pasado verano", dijo Schäuble en declaraciones a la cadena de televisión ARD. Preguntado sobre si ese recorte podría aumentar hasta el 50%, el titular de Finanzas del Ejecutivo de la canciller Angela Merkel se limitó a asegurar que "los detalles están en discusión". El primer banco alemán, Deutsche Bank, participa ya en negociaciones para elevar el porcentaje de quita de la deuda de Grecia, según el diario sensacionalista Bild.

El papel de la banca

Ni siquiera está claro que la participación de la banca en el citado recorte vaya a ser voluntaria, tal y como ha defendido con uñas y dientes el Banco Central Europeo: "Por supuesto que nos gustaría, si fuera posible, acordar esa medida con los bancos. Lo que está claro es que debe haber un nivel suficiente de participación del sector privado para dar una solución sólida a los problemas de Grecia", dijo Schäuble. Si el impago llega sin el acuerdo voluntario de la banca, las cosas se complicarán: eso provocaría rebajas adicionales en las calificaciones de solvencia de Atenas y probablemente un efecto contagio en todo el sistema financiero, a través de los seguros que protegen contra la suspensión de pagos de la deuda (los denominados CDS).

El primer ministro griego, Yorgos Papandreu, explicó ayer que Atenas está peleando por encontrar una solución "más permanente" a la crisis fiscal. "Una suspensión de pagos sería una catástrofe para los ciudadanos griegos", dijo al diario Proto Thema.

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