Las capuchinas 'raptan' a su beata

Las monjas clarisas capuchinas de Castellón se han llevado la reprimenda del obispado. Hace meses que se conoció que las tres religiosas que residen en el convento que la orden tiene en la calle de Núñez de Arce deben trasladarse a otro en Barbastro (Huesca) por la falta de vocaciones. Desde entonces se negocia para evitar que esta marcha suponga que la decena de cuadros de Zurbarán cedidos por la congregación y expuestos en el Museo de Bellas Artes de la ciudad abandonen también la provincia. El deseo de las monjas es que el patrimonio se marche con ellas. Y tal vez por ello se han adelantado a cualquier negociación y han exhumado y trasladado a Huesca los restos de la beata Isabel Calduch que reposaban junto al altar de su iglesia sin pedir permiso al obispado.

La beata es una mártir de la orden que fue fusilada en Coves de Vinromà. En 1940 exhumaron su cuerpo y lo trasladaron hasta a la iglesia de las capuchinas de Castellón, donde había permanecido hasta ahora.

Esta actuación no ha gustado nada a la diócesis de Segorbe-Castellón porque considera que pertenece a la historia de la Iglesia en la provincia y porque era objeto de "veneración" por los fieles. "En este obispado desconocíamos este traslado, para el cual no se ha pedido el preceptivo permiso del obispo diocesano, obligatorio por tratarse de restos depositados en una iglesia (...) La responsabilidad recae única y exclusivamente en la comunidad de las monjas capuchinas y, en especial, de la monja abadesa", manifestaron ayer en un comunicado.

Además, el obispado recuerda que aunque hace meses que se conoció que el convento de Castellón cerraría por falta de religiosas y que las tres que integran la orden actualmente serían trasladadas a Huesca, esta decisión aún no es oficial. Así, explicaron que una vez iniciado este proceso de fusión "y hasta que la Santa Sede autorice la fusión y determine el destino de los bienes" la orden y la abadesa "están obligados a observar escrupulosamente lo establecido en el Derecho Canónico y en las Constituciones de la orden".

Algo que comunicaron hasta en dos ocasiones a las religiosas, la última el pasado 30 de mayo. "Por todo ello, cualquier acto de administración de los bienes que contravenga dichas normas y no cuente con el permiso de la autoridad eclesiástica competente será nulo e ineficaz", concluyeron. El vicario general del obispado, Miguel Simón, no quiso concretar si se iban a tomar medidas por el traslado de la beata y se remitió únicamente "a lo dicho en el comunicado".

Mientras, el destino de los lienzos de Zurbarán sigue en el aire.