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Encierro temporal en el Ayuntamiento de Jerez

La tensión volvió a rozar lo insostenible en el Ayuntamiento de Jerez. El impago a la plantilla y a los empleados de concesionarias municipales empieza a ser un mal crónico y los trabajadores han dado por finiquitado el tiempo de gracia que concedieron al nuevo gobierno que preside la popular María José García Pelayo.

Casi 200 operarios de los autobuses urbanos de la ciudad ocuparon ayer el Consistorio durante más de tres horas para exigir el cobro de los salarios atrasados. Buscan la reacción del gobierno jerezano tras 10 semanas completas de una huelga en el servicio de transporte que deja sin servicio a 20.000 personas, el 10% de la población.

Cansados de escuchar promesas de pago, los conductores han recrudecido las protestas y la primera parada ha sido el Consistorio jerezano. Ocuparon el patio principal, custodiado ayer por hasta 17 policías encargados de que el encierro no se desmadrara. "¡Esto es insostenible. El máximo responsable es el Ayuntamiento y tiene que tomar medidas!", exigió el portavoz del comité, Ángel Morales, en medio del estruendo.

En la puerta del concejo se agolparon las protestas. El gobierno municipal aún no ha encontrado fondos para pagar a los 2.500 trabajadores del Consistorio. Tampoco cobran desde julio los centenares de empleados de la atención municipal a domicilio, limpieza de colegios públicos y dependencias municipales.

El gobierno municipal trataba de cerrar ayer varias operaciones para pagar a su plantilla y a los operarios de los autobuses a finales de la próxima semana.

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