Hábil administración de los tiempos
El lehendakari, Patxi López, comentó estos días durante su estancia en Bruselas, con motivo de su participación en el comité de las regiones, que el Gobierno vasco no asistiría a la conferencia de paz que ha organizado el movimiento social vasco de carácter pacifista Lokarri el lunes en San Sebastián. Pero no cerró la puerta a que su partido, el PSE, acudiera.
El principal inconveniente que veía López para que los socialistas participaran consistía en que la conferencia, con presencia de personalidades internacionales especialistas en resolución de conflictos y algunos expresidentes, se va a transformar en un acto propagandístico en favor de la izquierda abertzale, por su papel en favor del final de la violencia de ETA, a un mes tan solo de las elecciones generales. Y una de las pretensiones de los socialistas para esta campaña era, precisamente, no facilitar la propaganda de la izquierda radical como sucedió con Bildu en los comicios municipales del 22-M. En esta tesis coincide con el PP, que ha reiterado su inasistencia a la conferencia.
Sin embargo, ha pesado más en el PSE el riesgo de quedar marginado de un acto que está teniendo una gran repercusión mediática en Euskadi, donde todos los medios de comunicación vienen informando profusamente desde el lunes. A esa repercusión mediática ha contribuido no solo el anuncio de la presencia en la capital donostiarra de personalidades internacionales como el ex primer ministro irlandés Bertie Ahern o el ex jefe de Gabinete de Tony Blair Jonathan Powell, entre otras muchas, promovidos por el abogado surafricano y especialista en la resolución de conflictos, Brian Currin.
Además de la izquierda abertzale, también se han implicado en la organización de la conferencia el PNV, sindicatos y organizaciones sociales así como personalidades de la vida social vasca, alejadas del nacionalismo radical, como el expresidente de la patronal Confebask José Miguel Laspiur; el presidente del Aquarium, Vicente Zaragüeta; o la exdirectora de Emakunde Txaro Arteaga. El PSE ha querido evitar así, con su presencia, que el acto, limitado a la tarde del lunes, tenga un exclusivo color nacionalista cuando, por otra parte, su presencia tampoco implica compromiso alguno, aunque lo legitima. Sus dirigentes no esperan que de esta conferencia salga el paso decisivo en el fin de ETA, como el cese definitivo de la banda. Aunque sí creen que pueden salir resoluciones que apunten en esa dirección, inclusive un comunicado de la banda asumiéndolas.
El PSE cree que la izquierda abertzale no ha dado pasos sustanciales hacia el final de ETA desde que presentó los estatutos de Sortu el pasado febrero en los que, por vez primera, rechazó expresamente la violencia etarra. A su juicio, desde entonces a ahora sus pasos han sido una hábil administración de los tiempos para promocionar electoralmente su marca.
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