_
_
_
_
Reportaje:PRIMER PLANO

La manzana que conquistó el parqué

Apple salió a Bolsa en 1980 y hoy compite con Exxon por ser la empresa más valiosa del mundo

David Fernández

"Un debut ordenado". Así tituló Robert J. Cole su crónica en The New York Times sobre el estreno en Bolsa de Apple el 12 de diciembre de 1980. "Apple Computer aterrizó ayer al mercado y se ganó una entusiasta, aunque dentro de un orden, recepción por parte de los inversores". La cotización de la empresa que Steve Jobs y Stephen Wozniak fundaron en 1976 se revalorizó un 30% en su primera sesión bursátil.

Los bancos colocadores fijaron para Apple una valoración inicial de 22 dólares por acción -la compañía ha sufrido tres splits desde entonces por lo que un precio para la OPV ajustado a estas operaciones sería de 2,75 dólares- lo que equivalía a una capitalización de 1.192 millones. La compañía, que ese año había cerrado su ejercicio con unas ventas de 118 millones y un beneficio neto de 11,7 millones, vendió en un primer momento el 7,4% de su capital.

El mercado confía en el futuro sin Jobs y cree que puede subir un 34% más
El grupo no paga dividendos desde 1995 a pesar de su enorme tesorería
Más información
La manzana innovadora
Un futuro comprometido
China como clave del futuro
No es magia, es 'marketing'
Una herencia incalculable
Por qué Steve era distinto
Un emprendedor sin límites
Un ejemplo a seguir
Hambriento y alocado
Un difícil malabarismo por delante

"Durante la sesión se negociaron solo 20.500 títulos, lo que sugiere que la mayor parte de los inversores que acudieron a la colocación no buscaban un beneficio a corto plazo", escribió Cole. Tres décadas después, si alguno de esos pacientes ahorradores aún conserva sus títulos, puede cantar línea y bingo. La cotización de Apple está en 371 dólares y su valor de mercado se sitúa en torno a 345.000 millones. La firma de la manzana es la empresa de tecnología que más vale del mundo y en los últimos tiempos ha llegado a situarse en varias como la más valiosa de todos los sectores, disputando el cetro a la todopoderosa ExxonMobil. Un pulso entre la vieja y la nueva economía.

Con cada producto que sacaba al mercado Jobs se ganaba nuevos rivales: IBM,

Microsoft, Nokia, Sony y Google. Y a todos ha logrado batir en el parqué gracias a un espectacular crecimiento de su cuenta de resultados. En los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal 2010-2011 las ventas de Apple alcanzaron 79.979 millones y el beneficio se situó en 19.299 millones.

En su ruta hacia el éxito, sin embargo, la compañía no ha tenido un camino de rosas. Para empezar, en su OPV las acciones no se pudieron vender en 20 Estados de EE UU bien por problemas regulatorios, bien por una débil demanda. El supervisor bursátil de Massachusetts llegó a prevenir a los inversores de que comprar acciones de Apple era "demasiado arriesgado". Años más tarde, tras la marcha de Jobs por desavenencias con el consejo de administración, la cotización entró en una fase de atonía que se transformó en severas correcciones en la primera parte de los años noventa, cuando la compañía coqueteó incluso con la quiebra.

El verdadero despegue en Bolsa de Apple se inició en 1997 cuando Jobs retornó como un hijo pródigo a la sede de Cupertino. El lanzamiento de la nueva gama de productos (iPod, iPhone y iPad) ha permitido que en 14 años los títulos se hayan revalorizado un 11.300%. Esta escalada tan solo se vio interrumpida a finales de 2008 y principios de 2009, coincidiendo con la peor fase de la Gran Recesión.

Jobs nunca ha sido (o al menos esa imagen se ha vendido de él) un hombre con gran apego al dinero. Desde hace bastantes años su salario fijo en Apple era un simbólico dólar. El grueso de su remuneración se basaba en paquetes de opciones sobre acciones. A pesar de este desapego a lo material, su éxito empresarial le convirtió en multimillonario. A comienzos del pasado mes de septiembre su fortuna alcanzaba 6.700 millones de dólares.

El grueso de su riqueza Jobs no se la debía a Apple sino a Disney, aunque bien mirado ambas compañías eran vasos comunicantes para él. Jobs tenía el 7,4% de Disney, con un valor de mercado de 4.400 millones, mientras que sus 5,5 millones de títulos en Apple (equivalente al 0,6% del capital) valían 2.100 millones. Cuando a Jobs le enseñaron la puerta de salida de Apple en 1985 no se estuvo quieto. En 1986 compró a George Lucas su empresa de gráficos digitales por 10 millones y la rebautizó como Pixar. El primer gran éxito de su nuevo bebé, la película Toy Story (1995) la puso en el escaparate de la industria de Hollywood. En 1996 Disney compró Pixar por 8.000 millones y le dio a Jobs (que se convirtió en su primer accionista individual) un puesto en el consejo de administración.

El carisma y el olfato de Jobs han sido el gran catalizador de la compañía hasta el punto de que en el mercado lo consideraba como uno de los activos intangibles de mayor valor de Apple. Con su muerte esta dependencia podría pasarle factura a la cotización de la empresa, aunque las cifras de momento muestran que los inversores confían en sus herederos en el puesto de máquinas.

Desde que se hizo público que sufría un cáncer, Jobs estuvo de baja en dos periodos diferentes. El primero ocurrió entre el 14 de enero y el 29 de junio de 2009, cuando se sometió a un trasplante de hígado. La cotización de Apple se repuso de las caídas iniciales cuando se conoció la noticia, acumulando una revalorización del 61,8% durante su ausencia. Tras una breve tregua, la enfermedad llevó a Jobs a anunciar el pasado 17 de enero que dejaba el día a día de Apple en manos de Tim Cook. Desde entonces, las apariciones del fundador han sido contadas (la más sonada su inesperada presencia en la presentación del iPad 2) y ello no ha impedido que Apple acumule una revalorización del 15% en 2011.

La primera prueba de fuego para Cook llegará el próximo 18 de octubre, día en el que está previsto que se publiquen los resultados anuales del grupo (Apple tiene un ejercicio fiscal irregular que va de octubre a septiembre). De momento, el mercado confía en la capacidad de la compañía para seguir creciendo. Las acciones de Apple acumulan 49 recomendaciones de comprar por parte de los analistas, cinco consejos de mantener y ninguno de vender, según datos recopilados por Bloomberg. Además, el precio objetivo medio que fijan las casas de Bolsa para las acciones de la manzana es de 499 dólares, un 34,5% por encima de su cotización actual. Las previsiones de los analistas apuntan a que en dos años la facturación de Google ronde los 160.000 millones de dólares (unos 120.000 millones de euros) y que el beneficio supere los 36.000 millones de dólares.

En el capital social de Apple no hay ningún un accionista de referencia. Los inversores que más peso tienen en el accionariado son varias gestoras de fondos estadounidenses. Fidelity tiene el 5,2% de las acciones, Vanguard Group el 3,83%, State Street tiene el 3,8%, T Row Price el 2,66% y Blackrock el 2,54%, por citar a las más importantes. Apple pagó dividendos a sus accionistas entre 1987 y 1995. Desde entonces éstos no han visto ni un dólar de los beneficios del gigante tecnológico. Esta tacaña política de retribución se ha visto compensada con creces por la imponente subida en el precio de las acciones.

El mercado espera que el nuevo equipo gestor sea capaz de seguir creando valor a un ritmo que compense la ausencia de dividendos. Si no es así seguro que surgirán voces descontentas que exigirán que se reparta el tesoro mejor guardado de Apple: una montaña de dinero en forma de tesorería que las últimas cifras oficiales situaban por encima de los 50.000 millones de dólares.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_