_
_
_
_
_
Reportaje:Gastronomía

Amor a los vinos desnudos

Alice Feiring, célebre por su pugna con el crítico Robert Parker, abandera en su nuevo libro la viticultura natural

Rosa Rivas

Alice Feiring estaba haciendo un máster sobre el potencial terapéutico de la danza cuando por casualidad y amistad entró en el mundo del vino. Ahora, el vino es el amor de su vida. Y claro, desnudo es mucho más atractivo.

Naked wine (Da Capo Press) acaba de salir (en papel y en Kindle) y es su segundo libro visceral y apasionado sobre el néctar de las uvas libre de aditivos y artificialidades. La producción biológica, natural, al ritmo del terruño más que del negocio y las puntuaciones de las guías famosas, es casi una cruzada para el paladar y la mano de Feiring. Su Vino al desnudo es "un viaje personal por el nuevo, pero con siglos de antigüedad, mundo de los vinos naturales", según la autora. Y no se puede quejar. The New York Times, donde es articulista, recomienda a los lectores sedientos que se beban el libro de la periodista especializada en vinos.

Ya degustaron bien La batalla por el vino y el amor o Cómo salvé el mundo de la parkerización (Tusquets). Ese viaje iniciático en la pasión por el vino enraizado en la tierra, sin ropajes accesorios, se publicó en EE UU en 2008, dos años después en España y acaba de salir en Argentina. "La respuesta de los lectores y de los profesionales ha sido muy cálida", se alegra la autora desde Nueva York, donde se comunica con sus seguidores internacionales vía blog y redes sociales.

Quizá el famoso experto Robert M. Parker (cuyas puntuaciones en Wine Spectator son tan deseadas por la industria como criticadas por los antiestándar) no se alegró de los irónicos dardos de Feiring, quien fue atacada por su atrevimiento: "Incluso por gente que ni siquiera había leído mi trabajo". "Parker nunca fue mi enemigo", aclara. "Es un hombre que, quizá sin querer, ha tenido un efecto perjudicial, pero ha hecho mucho también por la promoción de la cultura del vino. Afortunadamente, hay bodegueros que no producen vinos para que les guste a Parker o a otros críticos".

Y a Feiring le gustaría que no abundaran los "vinos mal vestidos" y que los productores optaran más por la vía ecológica y sostenible. Aunque es optimista ante el panorama. El paraíso de los vinos desnudos, para ella, sigue siendo Francia, la región del Loira. E Italia ya despunta. "Como decía Teobaldo Cappellano (Barolo), cuanta más impostura, más necesitamos lo real. Está creciendo el movimiento vinícola en conexión con la naturaleza y no con ideas preconcebidas de cómo debe saber un vino...". California es una de esas zonas de conversos a lo natural, al "vino con corazón", apunta entusiasta. "Acabo de venir de Georgia y es fantástico ver cómo hay gente que produce vinos como hace miles de años". En su periplo socio-arqueológico del vino "auténtico" planea un viaje por Canarias y le encantaría que su nuevo libro fuera traducido al castellano. En Naked wine, dice, hay un argumento de peso para que los lectores hispanohablantes beban sus impresiones: un capítulo sobre la desnudez (o falta de ella) de los vinos españoles. El título es revelador: Ese oscuro objeto de deseo: vino auténtico en España, y la cita introductoria también ("Es imposible producir vinos naturales si quien los hace no es natural"). Pero hay esperanza aquí. Feiring la encuentra en vinos como Els Jelipins (Penedés), Mendall (Terra Alta), Ambiz (Madrid) y en jóvenes enólogos como Gregory Pérez (Bierzo).

La escritora Alice Feiring.
La escritora Alice Feiring.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_