"Se empuja a los jóvenes africanos a dejar el campo"
Mamadou Cissokho (Senegal, 1946) lleva 40 años luchando por los derechos de los agricultores en África. Denuncia las políticas agresivas de las compañías multinacionales y la permisividad de los gobiernos locales, que obligan a los jóvenes del continente a renunciar a trabajar el campo y abandonar sus países. "Estamos indefensos", lamenta el activista, que estos días participa en el Palacio Euskalduna en la Conferencia Mundial de Agricultura Familiar.
Pregunta. ¿Qué importancia tiene en África la agricultura familiar en la lucha contra el hambre?
R. Es vital para el continente. Aquí está incluida la pesca, la ganadería, los bosques y la artesanía. Hablamos de un modo de vida, con transmisión de valores que no se enseñan en la escuela: las lenguas de las tribus, el empleo de plantas medicinales...
"Occidente no se da cuenta de que los recursos naturales son limitados"
P. ¿Ese modo de vida está en peligro de extinción?
R. El problema es la obsesión de las multinacionales con la obtención de beneficios. Cuando los agricultores locales se han organizado, se han visto obligados a negociar ante empresas poderosas, con enormes concentraciones de tierra, y no les ha quedado otro camino que entrar en su sistema de producción. Muchos son ahora simples obreros.
P. ¿No existen políticas de defensa de los gobiernos africanos o la Comunidad Internacional?
R. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial llevan 25 años diciendo a mi país, Senegal, que tiene que importar alimentos. Eso ha destrozado el mercado natural del agricultor local. Estamos indefensos. No podemos competir contra los productos de fuera. Se empuja así a los jóvenes a dejar el campo e incluso sus países. Luchamos por el acceso a la tierra y el agua. Nuestros gobiernos hacen concesiones poco transparentes de esas tierras a multinacionales por 50 años o más. Y todas sus producciones son para exportar, sin tener en cuenta que el 40% de la población africana vive en la inseguridad alimentaria.
P. Y aun así, muchos resisten.
R. Y generamos el 60% del empleo agrícola en África. No podemos acceder a créditos, no tenemos seguros ni seguridad social. ¡Y todavía tienen la vergüenza de decir que nosotros no producimos y que por eso dan las tierras a las multinacionales!
P. ¿Qué están haciendo para cambiar esa situación?
R. Los campesinos debemos organizarnos mejor. Los políticos e intelectuales de África no han tenido visión de futuro. Sólo han querido arreglar rápidamente los problemas. Aun así, hemos hecho progresos. Se reconoce poco a poco el valor real de la agricultura familiar. Los países se están poniendo de acuerdo para tener un mercado común. Ya no se firman tan rápido los acuerdos con Europa. Se estudian mejor.
P. Todo apunta a que la Asamblea General de la ONU declarará el 2014 como Año Internacional de la Agricultura Familiar.
R. No va a arreglar los problemas, pero ayudará a mostrar al mundo lo que defendemos.
P. Usted ha denunciado que en África se destinan millones de hectáreas a cultivar maíz sólo para producir etanol para Europa.
R. Occidente no tiene capacidad de supervivencia. Los recursos naturales son limitados y no pueden sostener estos modelos.
Mamadou Cissokho
Mamadou Cissokho nació hace 65 años en Senegal (África). Está casado y tiene 5 hijos y 7 nietos. Se dedica a la agricultura -cultiva cereal, cacahuetes y alubias- y la ganadería. Comenzó su lucha por el reconocimiento y el respeto del los derechos de los campesionos africanos hace 40 años. Primero, en un ámbito local, y ahora, viajando por el mundo como Presidente de Honor de la Red Rural de Organizaciones y Producciones de África
del Oeste.
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