El Aranjuez de José Luis Sampedro

"Tras encargar el menú preguntan a Marta si se va aclimatando. Ella expone su impresión de esa mágica encrucijada de mundos que es Aranjuez: el palacio y las casas reales conservando el espíritu del XVIII con los jardines donde reinan los dioses en mármol, y la villa habitada por gente viva y actual". La voz es de uno de los personajes de la novela Real Sitio, del catalán José Luis Sampedro. Un relato cuya lectura aporta una visión completa del Real Sitio y Villa de Aranjuez, nombre oficial del municipio más meridional de la Comunidad. La obra, a semejanza de La Regenta y su relación con Oviedo, sirve de guía para conocer un municipio asentado en todos los libros de historia por el motín. Un acontecimiento que, además de Sampedro, glosó Benito Pérez Galdós en uno de sus Episodios nacionales.

Aranjuez, visto en un mapa, tiene una extraña configuración. Se convierte en una lengua de tierra ribereña del Tajo que se adentra en Toledo. El geógrafo del siglo XVIII Tomás López comprobó que Aranjuez es "el centro de España real y verdadero. No es Madrid, como creyó Felipe II".

Sampedro inicia su novela en la biblioteca del palacio, el monumento más sobresaliente de la ciudad. A un tiro de piedra están los jardines, que son cuatro parques y bosques con horario restringido. En 2001 fueron declarados Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Paseando se pueden ver magnolios, un madroño, pinos, plátanos y una especie rara: los ahuehuetes o sabinas mexicanas. Estos árboles se encuentran en el jardín del Príncipe, el más grande.

Los otros tres son el de la Isla, el del Parterre y el de Isabel II.

Junto al jardín, Sampedro cita numerosos palacetes y construcciones del denominado Real Sitio, ya que inicialmente Aranjuez era únicamente morada de la Casa Real, hasta 1750, cuando Fernando VI levantó la prohibición de que se asentara la población villana. De ahí el largo nombre oficial: Real Sitio desde 1560, Villa desde 1899.

Por el texto pasan la Casa de Infantes, construida por iniciativa de Carlos III en el XVIII. Allí se alojaron los hijos del monarca. También las casas de los Fogones y de los Caballeros: la primera, para los empleados del rey; la segunda, para los nobles. También el antiguo palacio de Godoy, que todos los años es cita obligada de las fiestas del motín.

Los personajes de la novela de José Luis Sampedro realizan un recorrido que podría llevarse a cabo hoy. De la calle de la Florida a San Antonio y hasta la plaza del Ayuntamiento, visitando el mercado y posteriormente pasear hasta la plaza de toros, construida en 1797. En la actualidad acoge un museo taurino municipal. Para volver se puede pasear también por los arcos cercanos a la iglesia de San Antonio, volviendo por el camino andado, llegando finalmente, como punto de descanso, a un restaurante que cita Sampedro: El Rana Verde, justo al lado del embarcadero, del palacio y de los jardines.