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Las universidades prestaron al Consell 800 millones, insiste Juliá

El rector de la UPV dice que el recorte presupuestario en 2011 y 2012 es del 10%

Las cosas por su nombre: sin eufemismos. El sector público universitario valenciano llegó a dejar de percibir hasta finales de 2008 más de 800 millones de euros de la financiación comprometida por la Generalitat en sus presupuestos ordinarios y aceptó un pago aplazado de esa deuda hasta 2022. Esto supuso "una anualidad completa de las subvenciones anuales ordinarias", insistió ayer el rector de la Universidad Politécnica, Juan Julià, en la apertura oficial de curso 2011-2012. "Para que lo entendamos, es como si las universidades públicas valencianas le hubieran prestado a la Generalitat esos 800 millones; aunque, les puedo asegurar, no porque les sobraran", dibujó el rector.

Las universidades, prosiguió Julià, han tenido que "acudir al mercado financiero, pagando ellas los intereses devengados". Los aplazamientos anuales de la deuda exigen recortes equivalentes del presupuesto de gastos. "Es decir, en la práctica, sí que hay recorte del presupuesto de las universidades de un 10% anual en 2011 y para 2012. Y, digámoslo claramente, no nos hace felices", aireó Julià ante la comunidad universitaria y el propio consejero de Educación de la Generalitat, José Ciscar, con quien los cinco rectores del sistema público valenciano renegociaron en junio pasado aplazar el pago de 132 millones de deuda a 2013.

El rector defiende el "esfuerzo" de las universidades en materia económica

"Ninguna otra área del sector público autonómico ha realizado un esfuerzo comparable. Ninguna otra institución ha sido tan corresponsable con las dificultades económicas del Gobierno de los valencianos". Así se despachó Julià, antes de advertir de que la universidad pública valenciana está "al límite de su capacidad para solventar problemas de liquidez".

Esta situación, añadió el rector de la Universidad Politécnica, "obliga al Gobierno valenciano a cumplir escrupulosamente el calendario de pagos mensuales previstos, pues las universidades no están en situación de estirar su recurso al crédito". Por dos razones elementales, añadió el rector: "Porque ya es muy elevado [el crédito] y, además, porque el mercado no lo facilita".

El rector finalizó su discurso de apertura oficial del curso con una llamada destinada a "reivindicar que las políticas de gasto en educación superior e I+D+i deben de ser salvaguardadas si queremos avanzar en el cambio de modelo productivo, que permita recuperar los niveles competitividad y empleo".

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La solución está en el tejado de la Administración. "No es ya posible que disfrutemos de un Estado de bienestar que cuesta el 42% del PIB, con un esfuerzo del 35%. Habrá que modificar la fiscalidad en su conjunto y abordar una nueva política de tasas, porque no todos deben pagar lo mismo", dijo Juliá.

El consejero José Ciscar insistió en el nuevo guión escrito desde el Consell del presidente Alberto Fabra. "La Generalitat no es ajena a esa situación económica. Por ello, estamos inmersos en una política de optimización de recursos a través de una gestión austera, eficaz y eficiente, donde cada euro cuenta", apuntó. Ciscar pidió colaboración a las universidades para "explorar formas de promover el espíritu emprendedor mediante programas de movilidad para jóvenes profesionales". En esa dirección, dijo, caminan iniciativas como el anunciado Plan Valenciano del Emprendedor, con una inversión de 70 millones de euros del que se prevé que se beneficiarán 12.000 emprendedores.

15 años sin ir al IVAM

"Hace 15 años que no piso el IVAM", así de tajante se mostró ayer el primer ex director artístico del Institut Valencià d'Art Modern, Vicent Todolí, en conferencia de prensa antes de pasar a formar nómina del claustro de doctores honoris causa de la Universidad Politécnica de Valencia.

Todolí, que trató de no entrar al trapo sobre la petición de dimisión de la directora del instituto, Consuelo Císcar, formulada hace unas semanas por críticos, artistas y galeristas, sí que se pronunció, a pregunta expresa, sobre la necesidad de que los directores de los museos sean elegidos por un concurso internacional basado en un código de buenas prácticas e independiente del poder político.

Acto seguido, Todolí anunció su intención de "no volver a dirigir un museo" y aprovechó para aclarar que tampoco será el director del nuevo centro arte contemporáneo que edifica Emilio Botín.

Todolí fue muy crítico con los museos contenedores y sin contenidos diseñados por arquitectos "estrella", como calificó al Guggenheim de Bilbao, el "todo por la audiencia" que se está implantando en los últimos tiempos, al margen del arte, pasión, dijo, a la que quiere dedicar a partir de ahora "el cien por cien" de su tiempo.

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