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Reportaje:

Fin al 'cartelito' de Cali

Desarticulada en Valdemoro una banda de traficantes colombianos dirigida por dos hijas de famosos narcos

F. Javier Barroso

Las hermanas Ingrid Edith y Maribel Varón Cadena, hijas del famoso narcotraficante Fernando Martín Varón, alias El bala, eran las encargadas de dirigir una organización con base en Valdemoro dedicada a traficar con cocaína de gran pureza. Así al menos lo creen los policías que han desarticulado la red, formada por 22 personas, y se han incautado de 150 kilos de estupefaciente listos para ser distribuidos. La organización era tan compleja que tenía controlado hasta el blanqueo del capital procedente de su supuesta actividad delictiva.

Las investigaciones comenzaron a principio de año cuando fue puesto en libertad en Estados Unidos Víctor Patiño Fumeque, alias El químico. Los agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de Madrid tuvieron noticias de que este exreo tenía la intención de crear una red de venta de drogas en Madrid. Para ello contactó con las dos hermanas. Estas habían aprendido el negocio de su padre y decidieron montarlo en España, pero de forma más modesta. "Es lo que solemos llamar el cartelito, en este caso procedente de Cali. Son menos violentos pero profundizan más en el poder del dinero para corromper a la gente", explicó el comisario jefe de la UDYCO, José Luis Conde.

La policía detiene a 22 personas y decomisa 150 kilos de cocaína

Los policías poco a poco descubrieron que la banda estaba formada por miembros de la misma familia para garantizarse así la lealtad y la subordinación de sus integrantes. La droga siempre llegaba a puertos europeos en los que había menos control que en España, según Conde. Después era transportada en coches hasta Valdemoro.

Los agentes detectaron que el pasado 17 de septiembre iba a haber un pase de droga en el aparcamiento de un supermercado de Parla. Los policías detuvieron a los implicados. En el maletero de un turismo había 65 kilos de cocaína.

Los jueces autorizaron la entrada y registro en tres pisos de Valdemoro, situados en la travesía de Cordero, en el paseo de la Comunidad de Madrid y en la calle de Venus, así como en dos locutorios de la localidad: calles de Herencia y Federico Martín.

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Los agentes hallaron los 85 kilos de cocaína restantes, 32 teléfonos móviles , cuatro ordenadores y material para adulterar la droga. También fueron decomisados siete coches. "Llevaban una vida muy austera, nada que ver con el derroche de los grandes narcos", aseguró Conde.

Para evitar ser detectados, los detenidos usaban mensajería encriptada en sus teléfonos móviles, cambiaban a menudo de números o utilizaban dos o más terminales para fraccionar la información.

De los 22 detenidos, siete se dedicaban a mover la droga, cuyo coste en el mercado habría supuesto ocho millones de euros. Los 15 restantes se dedicaban a blanquear el dinero procedente de la venta del estupefaciente. Algunos cobraban una pequeña comisión (50 euros) por cada envío de 3.000 euros a Cali. Es lo que en el argot policial se llama pitufeo. Las personas que remitían ese dinero para comprar más droga en Colombia aseguraban que se trataba del dinero conseguido con su trabajo. Solo en los seis últimos meses habían blanqueado un millón de euros. Para ello siempre acudían a los mismos locutorios de Valdemoro.

Uno de los dirigentes del grupo que ha logrado escapar es Giovanni Quintero Martínez. Supuestamente se encuentra en Panamá, por lo que la policía española ya ha cursado una orden internacional de detención.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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