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Reportaje:

El incierto futuro del 'Vaporcito'

La histórica motonave es reflotada sin saberse si volverá a navegar algún día

El Vaporcito tardó siete minutos en hundirse. Y su reflotamiento ha costado casi un mes. La Autoridad Portuaria se encargó ayer de sacar a la superficie el histórico barco que une El Puerto de Santa María con Cádiz, que se hundió el 30 de agosto a su llegada al muelle de la capital. Si volverá o no a navegar sigue siendo una incógnita porque, aunque la motonave haya sido llevada a los astilleros de San Fernando, no está claro que pueda volver a surcar la bahía de Cádiz.

La Autoridad Portuaria ordenó la pasada semana el rescate del barco tras constatar que sus dueños no tenían intención de hacerlo por falta de medios económicos. La operación, ejecutada por la empresa Divership, ha costado 27.000 euros. El puerto gaditano se ha hecho cargo de esta inversión pero aguarda recuperarla. El presidente de esta institución, Rafael Barra, detalló ayer que el reflotamiento no podía esperar porque los daños hubiesen sido irreversibles si hubiese permanecido más tiempo bajo el agua.

Al Vaporcito, al que le han cantado de siempre en Cádiz coplas de carnaval, le han bailado últimamente los apoyos. El Gobierno central amagó con volcarse en su recuperación pero después, tras saber que los propietarios no tenían intención de recuperar la actividad, desistió. La Junta se ha comprometido a velar por su memoria, al estar declarado Bien de Interés Cultural. Con todo, el consejero de Cultura, Paulino Plata, en su última visita a Cádiz, expresó sus dudas sobre que la motonave pueda volver a navegar. El Ayuntamiento de El Puerto mantiene su ofrecimiento de 15.000 euros para que este u otro barco similar retome los viajes turísticos.

La investigación sobre el siniestro todavía no ha concluido. El barco impactó contra unas rocas en su viaje de regreso a Cádiz y volvió a chocar contra el cantil del muelle. Todos los ocupantes pudieron salir por su propio pie sin heridas de gravedad, a pesar de la rapidez del hundimiento. El reflotamiento ha tardado algo más. Los trabajos arrancaron al amanecer. Fueron necesarias dos grúas para evitar que sufriera daños. Pasado el mediodía el Vaporcito volvía a ver la luz. Estaba muy sucio y con los cristales rotos, pero entero.

Por la tarde fue llevado al astillero de San Fernando, donde permanecerá en un dique seco. Será una prueba de paciencia. Las Administraciones tienen pendiente una reunión en la que se analizará el informe técnico sobre el estado del barco. Entonces se sabrá si puede navegar o no. Y será en ese momento cuando se podrá decidir si los viajes recreativos por la bahía de Cádiz se retoman o se descartan definitivamente.

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