El coraje del fumador de puros
El equipo que dirige Frank de Boer, que ha pedido información a Guardiola sobre el madridista, se encomienda al primer pase del excéntrico Janssen
Theo Janssen tiene barba de tres días, unas ojeras notables, el pelo grasiento y la piel acartonada. Su torso no es fino como el de la mayoría de sus colegas, sino cilíndrico, como una bombona de butano recubierta de tatuajes que en la espalda evocan serpientes de cascabel tomando el sol. Su carné de identidad anuncia que cuenta 30 años, pero su aspecto se parece más al de un cuarentón.
En Ámsterdam es célebre por su carácter irreductible: cuando firmó por el Ajax, en la pasada primavera, obligó al club a introducir una cláusula según la cual se le autorizaba a practicar el tabaquismo a discreción.
Habla en público, con voz grave, sin el menor interés por agradar. Masca las palabras como si entre los labios apretase un habano. "Los jugadores tenemos años mejores y años peores", dijo ayer cuando le preguntaron por su baja forma. "Yo haré lo que pueda", agregó. Hizo un silencio y dejó entrever una sonrisa borrosa de jugador de póker.
"No somos tontos. Tendremos la pelota el mayor tiempo posible", avisa el técnico
Parecía seguro de sí mismo. Seguro de que posee un recurso inigualable. Un recurso artístico que le convierte en un futbolista capaz de reunir a los compañeros a su alrededor hasta darles forma de equipo: la pierna zurda.
Elige con buen gusto y, cuando da un pase, el balón flota a ras de hierba al punto exacto con la tensión que solo son capaces de imprimirle los especialistas de época.
En el Twente Enschede jugó de mediapunta, acostumbrado a intervenir en todas las jugadas de ataque, muchas veces para finalizarlas con su tiro explosivo. En el Ajax, el técnico, Frank de Boer, le contrató para que iniciara las acciones. Desde que actúa retrasado, por delante de los centrales, le está costando interpretar el papel de eje de la rueda. Los rivales le suelen poner un marcador del que no le resulta sencillo desembarazarse.
Hay un punto de ruptura en la trayectoria reciente del Ajax: la visita al estadio Bernabéu el 15 de septiembre de 2010. Hace exactamente un año, el Madrid se impuso de forma cómoda (2-0) y se inició la crisis. Johan Cruyff, ahora miembro del consejo directivo del club holandés, publicó un artículo titulado El Ajax ya no es el Ajax. Fue la típica invocación a la identidad perdida.
El entrenador, Martin Jol, estaba señalado. De Boer se hizo cargo del equipo en diciembre de 2010 para iniciar el regreso al viejo modelo: 4-3-3, extremos, cantera... Así ganó la Liga. La obra recién comienza. El toque poético lo pone Janssen, encargado de apadrinar a los talentos emergentes: el central Vertonghen, el extremo zurdo Boerrigter y los volantes De Jong y Eriksen.
"Este será el partido más importante de mi vida", prosiguió Janssen; "el Madrid tiene grandes cabeceadores. Me alarman dos cosas: que nos pille al contragolpe y que nos coja al contragolpe".
De Boer admitió ayer que ha pedido información a Pep Guardiola para contrarrestar al Madrid. "Tenemos que jugar muy juntos para evitar que ellos aprovechen su velocidad", explicó; "debemos ser muy precisos. No podemos perder balones en el medio campo. Respetaremos nuestra filosofía: dominar al contrario, presionar arriba... Pero no somos tontos. Es cierto que al Madrid le hacen mucho daño los rivales que se cierran atrás. Pero saldremos a tener la pelota el mayor tiempo posible para generar la mayor cantidad posible de ocasiones. Lo conseguiremos si jugamos como equipo y actuamos con coraje. Si nos falta coraje para tener el balón, nos pasará lo mismo que el año pasado. Entramos pensando en que nos masacrarían y acabamos masacrados".
La misión de Janssen es la más difícil, pero parece hecha a su medida: asegurar el primer pase, no tener miedo.
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