El presidente Saleh vuelve a Yemen en pleno conflicto civil
EE UU exige al mandatario que abandone el poder
El inesperado regreso ayer a Yemen de su presidente añadió nuevas dosis de incertidumbre sobre el futuro de ese país. Alí Abdalá Saleh, que desde el 4 de junio se recuperaba de un atentado en Arabia Saudí, ha cogido por sorpresa tanto a sus opositores como a los diplomáticos que desde hace meses tratan de convencerle de que abandone el poder para evitar una guerra civil. La televisión estatal no ha difundido imágenes de su llegada, pero su llamamiento a una tregua en los enfrentamientos que se reiniciaron el jueves parece haber surtido efecto.
"Estamos confundidos", reconoce desde Saná un embajador europeo que ha seguido la crisis desde el pasado febrero. "Todo está pendiente de un hilo. Nadie sabe qué va a hacer", añade en conversación telefónica. Como los yemeníes, los diplomáticos esperan ansiosos el discurso que el presidente va a pronunciar, el próximo lunes, con motivo del 49º aniversario de la revolución del Veintiséis de Septiembre y la proclamación de la República.
El llamamiento del gobernante a una tregua parece haber surtido efecto
De momento, Saleh ha logrado presentarse como el hombre que controla la situación y que ha parado los combates. "Desde las 11 de la mañana han cesado los cañonazos", asegura a este diario un residente en la capital yemení. Durante la madrugada, varios obuses causaron dos muertos entre los manifestantes que piden su cese en la plaza de la Universidad (rebautizada del Cambio) y otros cuatro entre las tropas anti-Saleh en el barrio de Hasaba. Con ellos y la docena de víctimas del día anterior se supera ya el centenar de fallecidos en los enfrentamientos desde el pasado domingo.
"El presidente pide un alto el fuego a todos los partidos políticos y militares. Solo el diálogo y las negociaciones pueden detener el derramamiento de sangre y conducir a un acuerdo", señala el comunicado difundido por la agencia oficial Saba tras la llegada de Saleh.
No está claro qué papel está jugando Arabia Saudí, el poderoso vecino de Yemen que hasta ahora parecía apoyar los esfuerzos de Washington para que Saleh entregara el poder de forma pacífica. Resulta improbable que haya salido del país sin autorización.
Sea como fuere, Washington aún espera que abandone el poder a cambio de inmunidad. "Exhortamos al presidente Saleh a transferir el poder y organizar elecciones presidenciales antes de fin de año", ha declarado el portavoz de la presidencia estadounidense, Jay Carney, citado por la agencia France Presse. Pero Saleh ha aceptado varias veces esa propuesta para rechazar firmarla en el último minuto. Altos funcionarios yemeníes atribuyen su actitud al temor a que su familia quede desprotegida del mismo modo que las de otros mandatarios árabes derrocados en los últimos meses.
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