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EMPRESAS

El Senado de EE UU duda de los algoritmos de Google

La competencia acusa al buscador de ser un monopolio

El Capitolio norteamericano se ha empeñado en que Google demuestre que los algoritmos que permiten el funcionamiento de su buscador son neutrales y tratan a la competencia del mismo modo que a sus propios productos. El miércoles, el presidente ejecutivo de la empresa, Eric Schmidt, protagonizó el intercambio más tenso de los 13 años de historia de Google con el poder legislativo norteamericano en el Senado. En una vista oral que duró dos horas, quedó claro que muchos senadores tienen dudas sobre la imparcialidad de Google y que están abriendo el camino hacia un mayor escrutinio sobre el dominio de esa empresa en Internet.

La silla del Comité de Asuntos Judiciales del Senado en la que se sentó Schmidt ya la ocupó en mayo de 1998 Bill Gates, fundador de Microsoft. "La innovación depende de la libertad de moverse de forma constante de una frontera a la siguiente", dijo entonces Gates, empleando una frase que bien podría haber usado Schmidt ahora. Dos meses después, el Departamento de Justicia demandó a Microsoft por abuso de poder en el mercado de los programas informáticos. Justo entonces nació Google, en un garaje de California. Google ha pasado de ser únicamente un útil buscador a ser un conglomerado de dimensiones titánicas. El motor de búsquedas de Google copa el 70% del mercado. Esa cifra asciende hasta un 90% si se consideran solo las búsquedas en dispositivos móviles. En esa posición imperante, puede dar mayor o menor relevancia a sus propios productos. Es lo que ahora investiga el Senado.

Schmidt: "Puedo asegurar que nosotros no amañamos nada"

"Ustedes gestionan el circuito de carreras. Son también los dueños de ese circuito", le dijo a Schmidt el senador demócrata Richard Blumenthal. "Durante mucho tiempo no tenían caballos. Ahora, sí que tienen caballos. Y tienen control sobre dónde se colocan esos caballos. La consecuencia es que, según parece, ahora sus caballos están ganando". "Me da la impresión de que ustedes amañan los resultados", le espetó el senador republicano Herb Kohl. "Senador, le puedo asegurar que nosotros no amañamos nada", respondió Schmidt, circunspecto.

Aun así, Schmidt no pudo decir un "no" rotundo a la pregunta de si a los productos de la competencia se les daba el mismo trato en el buscador que a los de la propia empresa. Todo fueron matizaciones y tecnicismos, que pusieron nerviosos a los legisladores. El senador demócrata Al Franken perdió la paciencia: "Me parece que ha dado una respuesta muy confusa, teniendo en cuenta que usted es el presidente de la empresa. Si usted no lo sabe, ¿quién lo sabe?".

En la vista oral, competidores más pequeños acusaron a Google de impedir su crecimiento. Es el caso de Yelp, un buscador de comercios locales con 60 millones de usuarios al mes. Compite directamente con un servicio de la empresa, Google Local. "Google favorece a su propio producto Google Local en sus resultados de búsqueda. Y ni siquiera es que lo favorezca con sus algoritmos. Lo hace por defecto", dijo el fundador de Yelp, Jeremy Stoppelman. Fue él, precisamente, quien pronunció la palabra más temida por Schmidt: "Son un buscador con poder de mercado monopolístico". Ahí está el gran problema para el gigante tecnológico. Si esa palabra, monopolio, se convierte en moneda de uso corriente cuando los legisladores se refieren a Google, entonces puede quedar abierta la puerta a una investigación de las dimensiones de la de Microsoft.

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