Triball celebra su 'fashion night'
Descuentos, promociones y picoteo en 32 establecimientos de esta céntrica zona comercial que ayer permanecieron abiertos hasta la medianoche
Las calles que forman el triángulo de la ballesta (Loreto y Chicote, Corredera Baja de San Pablo y Ballesta) celebraron ayer la tercera edición de su noche abierta. Descuentos, promociones, picoteo y actuaciones en directo en un total de 32 establecimientos del barrio -bautizado como Triball- que permanecieron abiertos hasta la medianoche. Una suerte de fashion night como la que vivió Serrano hace un par de semanas pero menos patrocinada, mucho más desapercibida y a espaldas de la Gran Vía.
La iniciativa partió el año pasado de la asociación de comerciantes de la zona y tiene como objetivo difundir la oferta comercial. "Es un pretexto para atraer a la gente a este barrio, que, a través de los nuevos establecimientos, se está recuperando como zona de tránsito y turística", explica Charo Díez, una de las portavoces de la asociación de comerciantes de Triball.
"Es un pretexto para atraer a la gente al barrio, recuperado como zona turística"
Matías Miller trabaja en la tienda del diseñador Carlos Díez. Llevan dos años en la calle de Loreto y Chicote y reconoce que el emplazamiento ha cobrado mucha vida. Se ha convertido en una calle moderna y con mucho estilo, con espacios innovadores como el Microteatro por Dinero, dice. "Esta noche la nueva colección tiene un 15% de descuento, y la anterior está a mitad de precio", añade Miller al tiempo que teclea en su Mac.
Loreto y Chicote fue ayer de las vías más animadas gracias al ambiente afterwork y a la atracción hipnótica que ejercían las melodías de dos músicos, saxofón y contrabajo, que tocaban en la calle.
La mayor parte de la gente que pasadas las 10 de la noche seguía trasteando entre perchas o curioseando en las tiendas de decoración y en las galerías de arte desconocía el evento. "No tenía ni idea, creo que lo han promocionado poco, pero es muy buena idea", señalaba Fabio, mientras bebía una copa de vino a la entrada de García Madrid. En la acera de enfrente Mónica miraba atenta su nuevo peinado en el espejo de la peluquería Cortacabezas: "Me he enterado de casualidad pero me ha venido muy bien porque habitualmente salgo tarde del trabajo y no me da tiempo a cortarme el pelo o a hacer unas compras".
A pesar del esfuerzo de los comerciantes de la zona, el lugar más concurrrido anoche no fue ni Ballesta ni Corredera, sino la plaza del Estudiante, que sin proponérselo vive todos los jueves desde hace años una de las noches al aire libre más juerguistas de la capital.
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