"A Messi le pondría un marcaje por toda la cancha"
Adil Rami (Bastia, Francia; 1985) contagia por su alegría y sus locas ganas de competir. Se zampó cuatro categorías de golpe, de un equipo de Regional al Lille, antes de fichar por el Valencia y ser titular con Francia. Hay química entre su exuberancia física y la elegancia con el balón de Víctor Ruiz, un potente centro de la zaga muy añorado en Mestalla desde los tiempos de Ayala, Pellegrino y Djukic. Resopla por un resfriado y presume de una cicatriz vertical en la ceja derecha, una patada de un exdelantero del Marsella.
Pregunta. Su chilena al Genk causó sensación. ¿La ensaya?
Respuesta. Lo hice una vez con Francia contra Croacia, pero después me dolía mucho la cabeza. Con mis amigos lo practico mucho en la playa, aunque entre profesionales es muy difícil porque no llega el balón perfecto.
"Me gusta un poquito más el Madrid que el Barça porque juega un fútbol más atlético"
"Los árbitros españoles parecen policías, no se puede hablar con ellos"
P. ¿Quién está a su altura en el juego aéreo?
R. Cristiano Ronaldo, Ramos, Kanouté y Llorente.
P. ¿Siempre fue tan fuerte?
R. No, de pequeño era muy delgado. A los 17 años, no sé qué me pasó en la cabeza, pero empecé a muscularme y a los 20 años, pum, me hice grande y gordo. Ahora me mantengo bien.
P. ¿De central siempre?
R. Empecé de lateral derecho, y a los 17 me cambié al mediocentro defensivo porque tengo mucha resistencia. Y un día el entrenador me mandó atrás, de central, cuando tenía 19. Al año siguiente me fichó el Lille. Voy aprendiendo poco a poco.
P. ¿Es consciente de sus limitaciones técnicas?
R. Sé que pueden meter al equipo en dificultades. Es peligroso. Es difícil mentalmente para mí. La gente dice que tengo una fuerza impresionante, pero hago mi trabajo: defender bien y, si puedo algo más, es un placer. Me gustan Nesta, del Milan, y Lucio, porque saben también salir adelante.
P. ¿Cómo le jugaría al Barça?
R. No lo conozco personalmente y en la televisión parece imposible ganarle, pero somos humanos contra humanos. A Messi creo que deberíamos ponerle un jugador más rápido y ágil siempre con él, por toda la cancha. Perderíamos un jugador pero ellos también. No sé si es una buena idea.
P. Siendo de origen marroquí, ¿por qué eligió jugar con la selección francesa?
R. Porque Francia es mucho más difícil, todo el mundo la mira. Vivo allí desde pequeño y cuando la veía jugar, como cuando fue campeona del mundo en 1998 con Zidane, soñé con estar ahí.
P. ¿Cómo explica la depresión del combinado bleu?
R. Llevamos un año invictos, lo de antes no es mi problema.
P. ¿Visita la tierra de sus padres?
R. No voy a Marruecos desde hace más de 12 años, porque mis padres se separaron y es complicado para mi familia. Estoy muy unido a mi madre, mis dos hermanas y mi hermano. Los necesito.
P. ¿Algún problema de integración en Francia?
R. Ninguno. Vivo una vida excepcional y tranquila.
P. ¿Trabajó como limpiador?
R. Sí, cuando mi padre salió de la familia, mi madre necesitaba dinero y empezó de limpiadora en el Ayuntamiento. También yo, a los 16 años, trabajé tres años de mecánico, otro limpiando las calles y un tercero las paredes con una máquina, los grafitti. Me levantaba a las cuatro y trabajaba desde las cinco a las 12, iba a comer, a dormir y al entrenamiento. Era totalmente aficionado. El fútbol es un placer que me transmitió mi hermano. Lo imité en todo, era mi modelo. Él tenía un póster de Nesta y yo también. Él estudió más; se lesionó en el fútbol.
P. Usted fue muy mal estudiante. Una profesora le llamó el élève fantôme .
R. Sí, no soportaba escuchar a la profesora. Siempre quería correr y jugar al fútbol. Me iba a Cannes y Saint Tropez para ver a las chicas, con mis amigos. Nunca iba a clase.
P. Sus compañeros del Lille le apodaron Shrek.
R. Sí, porque cuando estoy con mi equipo, como mucho y eructo. De España me gusta mucho la paella y la tortilla de patata.
P. ¿Es muy extrovertido?
R. Me gusta mucho hablar, menos cuando estoy cansado.
P. Como en el avión de vuelta de Genk, cuando le dijo algo a una azafata y esta enrojeció.
R. Sí, era una broma. Yo quiero aprender español y ella estaba trabajando y le vino bien reírse.
P. ¿Le gusta ser un sex symbol?
R. Sí, claro, como a todos.
P. ¿Quién es el más divertido del vestuario?
R. Yo, porque hablo mucho y como no sé hablar bien español...
P. ¿Cuándo se enfada?
R. Cuando perdemos, pero a los cinco minutos me arrepiento. Me gusta mucho competir, también en la vida, es igual. Cuando juego a baloncesto o al tenis con mi hermano, quiero ganarle.
P. ¿Y esa cicatriz en la ceja?
R. Un delantero del Marsella me golpeó con el pie. Me gusta entrar fuerte al balón, pero nunca al jugador porque tiene una familia. Si se me va la cabeza, puedo ser peligroso y eso no me gusta.
P. Como Pepe, el del Madrid.
R. Sí, es un poco peligroso.
P. ¿Qué es lo que más le gusta y lo que menos de España?
R. En España todos quieren jugar al ataque. Los campos y las aficiones son muy buenos. El fútbol es una religión. No me gustan los árbitros porque parecen policías: no puedes hablar con ellos.
P. ¿El Madrid o el Barça?
R. Un poquito más el Madrid porque juega un fútbol más atlético. Me gusta el fútbol un poquito físico, aunque no tanto como en Inglaterra, donde se juega demasiado de cabeza.
P. ¿Algún compañero que le haya sorprendido en el Valencia?
R. Ever Banega, Soldado y un niño que no juega: Bernat.
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