El partido del dolor

Un gol de Messi le dio la victoria al Barcelona en Mestalla la última vez que el Barcelona visitó al Valencia en un partido de Liga. Se jugó el 3 de marzo del 2011, un miércoles, como hoy, y si se recuerda no es tanto por el gol de Messi o porque el Barcelona estableció el record de 20 jornadas consecutivas sin perder a domicilio: La visita al feudo blanco de la pasada temporada se recuerda en Barcelona porque en el banquillo Guardiola se retorcía de dolor y su ayudante, Tito Vilanova, no podía ni con su alma. Una anécdota, según Guardiola, que difícilmente olvidará aquel día, aunque no le de importancia.

El martes, a la habitual rueda de prensa previa a los partidos, se excusó la presencia de Guardiola. "Tiene lumbalgia. Mañana viajará, pero está mal", anunció su mano derecha, Tito Vilanova, que no estaba mucho mejor, aquejado de una complicación estomacal que le había hecho perder más de tres kilos y que ocupó su silla en la sala de prensa. "Tito estaba mal y Pep, peor" recuerdan en cuerpo técnico de aquel día. "Ahora lo piensas y te ríes, pero había que verles, no se podían ni mover", comenta Manel Estiarte, que pasó con ellos una jornada de lo más atípica. Pep viajó sedado, con una faja compresiva, no asistió al almuerzo y a duras penas pudo dar la charla a los jugadores, pero la dio con normalidad. "Sabíamos que estaba mal, pero fue como siempre. Por lo menos durante el rato que dio la charla, disimuló su estado", recuerda un jugador. Hubo quien insinúo que no asistiera al partido, pero Guardiola fue rotundo: "Ni hablar. Voy y luego ya veremos". "Metido en el partido te olvidas. Pero cuando miraba al banquillo y le veía, pensaba: "Este tío lo está pasando fatal", asegura Carles Naval. Las imágenes de aquella noche así lo demuestran. "Ha aguantado como ha podido, tenía fuertes dolores y lo estaba pasando mal", admitió Vilanova; Guardiola tampoco pudo comparecer ante los medios.

Ganó el Barça a Guardiola lo infiltraron otra vez, lo envolvieron en la faja y nada más regresar a Barcelona ingreso en el centro hospitalario cercano al Camp Nou. A la mañana siguiente, las pruebas demostraron que no era una lumbalgia aguda sino una hernia discal. "Seguirá tratamiento farmacológico y epidural y la evolución clínica marcará su alta hospitalaria". Salió del hospital el sábado para el Barcelona-Zaragoza y a las cinco horas volvió a ser ingresado. El lunes día 7 recibió el alta médica. Y hasta hoy, que vuelve a Valencia. Será la cuarta vez que se siente en el banquillo de Mestalla, donde con él al mando, el Barcelona empató dos veces y ganó en su última visita, esa que Guardiola vivió torturado por una hernia discal.