Alarte vincula todo pacto con Fabra a que imponga el impuesto sobre el patrimonio

La precampaña de las elecciones generales se inmiscuye en la política autonómica. Jorge Alarte, secretario general del PSPV, arrancó ayer la conferencia autonómica que celebraron los socialistas en Valencia con un recado a Alberto Fabra, presidente de la Generalitat, con quien tiene previsto entrevistarse el 26 de septiembre. "Después de 16 años de borrachera de poder y de despreciar a la oposición, el PP ahora quiere hablar de todo, que seamos partícipes de todo, plantea una retahíla de pactos, casi un gobierno de concentración", espetó Alarte.

"Por responsabilidad vamos a hablar de todo, pero con condiciones claras: queremos que el Consell cobre los 109 millones de euros que recaudaría por el impuesto sobre el patrimonio", condició Alarte. "Lo pagarían los 19.000 valencianos que tienen más de 700.000 euros y esos 109 millones se vincularían a una estrategia por el empleo joven", una iniciativa que los socialistas presentaron el viernes en las Cortes. Alarte zanjó: "Si no lo hacen antes del 26, que no cuenten con nosotros. Si Fabra no acepta, no hay nada que hacer, nada que pactar".

Los socialistas, en horas bajas ante la inminente cita electoral, aprovecharon para reivindicar la historia del PSOE, un partido que arrastra 130 años de historia; para esgrimir la elaboración "democrática" del programa electoral -"algo que no pueden decir todos", como deslizó la ministra de Sanidad Leire Pajín- y para presumir de su candidato Alfredo Pérez Rubalcaba.

Marcelino Iglesias, secretario general del PSOE, comparó a Rubalcaba con Mariano Rajoy, cabeza de lista del PP. "Alguien recuerda alguna decisión de Rajoy, aunque sea pequeñita. Yo me lo imagino fumando un puro, viendo el Tour. Recordamos la gestión del naufragio del Prestige".Iglesias siguió con la comparación de candidatos: "¿Quién creéis que va a tomar decisiones? Rubalcaba se arremangó y resolvió de inmediato el conflicto que plantearon los controladores aéreos, ese pequeño número de trabajadores que pretendía parar este país. A Rajoy no lo imagino tomando decisiones".

Iglesias espoleó a los trescientos delegados socialistas congregados en la conferencia autonómica recordando que el PP partía con diez puntos de ventaja sobre el PSOE en las encuestas previas a las elecciones generales de 2004 y de 2008, las dos últimas convocatorias que ganaron los socialistas. "Nada está escrito", dijo, "aquí sabéis como gobierna el PP en épocas de crecimiento y cómo se han puesto debajo de la mesa cuando las cosas vienen mal dadas. Se han pasado tres años acusando a [José Luis Rodríguez] Zapatero de la quiebra de Lehman Brothers, pero este verano han visto como la primera economía del mundo está al borde de la quiebra; han visto como tres países del selecto club del euro han tenido que ser rescatados", arengó Iglesias, antes de añadir: "Después de la caída del muro de Berlín, los neoconservadores querían que la política desapareciera para instaurar el gobierno de los mercados. Los responsables políticos e ideológicos de este desastre no nos van a sacar de la crisis. ¿Queremos que gobiernen los mercados o que gobierne la política?"

Leire Pajín, candidata por Alicante y responsable de la ponencia sobre participación, presentó a los socialistas como "el muro de contención del Estado de bienestar, que tanto ha costado construir y que están destruyendo todos los gobiernos autonómicos del PP".

Inmaculada Rodríguez-Piñero, candidata por Valencia y responsable de la ponencia sobre economía, apuntó: "Sabemos que una mala gestión de los recursos públicos, como la que se ha hecho en la Comunidad Valenciana, provoca pérdida de renta, endeudamiento y paro. Queremos una economía sana, competitiva, que valore el esfuerzo y genere empleo de calidad. No es creíble el PP cuando dice que va a crear empleo y empieza por despedir docentes, va en la dirección opuesta, necesitamos más formación".

Ximo Puig, candidato por Castellón y responsable de la ponencia sobre igualdad, defendió que "la igualdad es la seña de identidad de los socialistas, la justicia social". Y asumió que, en las actuales circunstancias, hay que ajustar los gastos a los ingresos reales: "Equilibrio presupuestario, sí. Cohesión social, también".