Lleida desahucia su mayor mezquita
La falta de lugares de culto y el rezo en la calle no es un problema exclusivamente francés. Tras un año clausurada por superar ampliamente su aforo, la principal mezquita de Lleida, la de la calle del Nord, pasó ayer a la historia tras un desahucio por impago del alquiler. En ese tiempo, la comunidad musulmana ha rezado en espacios cedidos por el Ayuntamiento como un aparcamiento de coches al aire libre. El colectivo opina que "rezar en la calle no es digno".
Los problemas se desencadenaron hace más de un año cuando, en uno de los rezos de los viernes, la mezquita de la calle del Nord se vio desbordada por la masiva afluencia de fieles y decenas de ellos se pusieron a rezar en la calle, ocupando aceras y entradas de edificios. Tras ello, la mezquita fue expedientada y precintada. El alcalde de Lleida, el socialista Àngel Ros, les aconsejó rezar en casa, iniciándose un pulso que por ahora gana el primer edil.
La Asociación Watani irrumpió en la escena con una solicitud para que los viernes se permitiera rezar a los fieles de la mezquita clausurada en la plaza de Sant Joan, en pleno eje comercial y a poca distancia del edificio consistorial. La alcaldía denegó la petición arguyendo que la ocupación de la plaza era incompatible con las actividades festivas, lúdicas y comerciales que se desarrollan en ella.
El portavoz de esa entidad, Mourad El Boudouhi, dijo ayer que ve correcta la decisión del Gobierno francés de prohibir el rezo en las calles. "En Francia, los musulmanes tienen lugares dignos para rezar. En Lleida, no, y la modificación de la ley de centros de culto nos obligará a rezar en la calle porque no tenemos dinero para construir una mezquita. Las creencias minoritarias estamos discriminadas respecto de la religión católica". La mayoría de los musulmanes de Lleida consultados opina que la calle no es lugar adecuado para rezar.
El alcalde Ros, católico practicante, afirma que nunca se ha planteado la prohibición de rezar en el espacio público. "No me gusta buscar soluciones a problemas inexistentes", manifestó. "Hay una mezquita que funciona sin problemas en la calle Clavell. La otra, la del Nord, ha sido cerrada y el Consistorio deja a sus fieles un espacio para que puedan rezar los viernes".
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