El Bilbao de Antonio López
El pintor halla en la Torre Iberdrola la inspiración para su cuadro de la capital vizcaína - La Ría será la espina dorsal de la nueva obra
165 metros por encima de Bilbao, sobre la azotea de la Torre Iberdrola, Antonio López escudriñaba ayer la ciudad. El pintor fruncía el ceño y colocaba su mano en forma de visera para taparse del sol y así apreciar al detalle cada rincón de la capital vizcaína. No en vano, estaba observando una de sus próximas pinturas. "Es una visión realmente inspiradora", resumía visiblemente satisfecho.
Hace casi una década, Antonio López encontró en un libro de fotografía una instantánea de Bilbao que le fascinó. La imagen reflejaba a la perfección el paso de la industria a los servicios y mostraba a la Ría como divisora de la ciudad en dos núcleos radicalmente opuestos. "Ha pasado de ser un lugar decadente a una ciudad maravillosa. Algo parecido a lo que ha sucedido con Valencia", explicaba ayer el artista, que considera que la capital vizcaína es el máximo exponente de una España "que se ha limpiado".
"Esta ciudad representa lo nórdico. Es un lugar muy distinto a Castilla"
El Bellas Artes acoge en octubre una muestra antológica sobre el artista
En los últimos meses, el pintor había visitado varias zonas de la ciudad desde las que encontrar la inspiración para su cuadro, pero ninguna le había convencido tanto como la Torre Iberdrola. López no podía ocultar su sorpresa porque desde la cuadragésima planta de la construcción se viese, incluso, el abra del puerto bilbaíno, ubicado a unos 20 kilómetros del centro de la ciudad. "Somos afortunados porque desde este punto podemos ver cosas que otros no vieron", se felicitaba López.
Para el artista, Bilbao es misterioso. "Representa lo nórdico, es totalmente diferente a mi Castilla, tan vacía y pelada", aseguró ayer tras de su visita. Por un lado, recoge la oscuridad de hace 30 años y la esencia de la ciudad "opresiva" de las personas que la crearon entre cerros. Por el otro, muestra los cambios de una nueva etapa.
"Es curioso encontrar un lugar tan diferente a lo que yo conozco dentro de la misma península Ibérica", apuntó el artista, que realizó una composición similar con la Gran Vía de Madrid.
Así, López ha decidido pintar un cuadro de dos metros que plasme todas estas percepciones y en el que la Ría sea la espina dorsal de la creación. El pintor no se pone fechas, pero ya está tomando notas y fotos desde la Torre Iberdrola. "Me gustaría pintar desde su azotea, pero es imposible. Por ello, intentaré recoger ahora toda la información que me sea posible", reveló.
Pese a la altura, Antonio López quizá viera desde la torre su escultura Carmen despierta, que desde el lunes se ubica en la Gran Vía bilbaína y que sirve como promoción de la exposición antológica coproducida con el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid que el artista manchego presentará el próximo 10 de octubre en el Museo de Bellas Artes.
Allí descansa también Carmen dormida. Ambas obras, dos monumentales cabezas que están teniendo una fabulosa acogida en la ciudad, representan a la nieta del artista, de seis meses.
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