Un trozo del muro arqueológico de Barceló se salva del derribo y será exhibido al aire libre
Solo ocho de los casi 60 metros de mural arqueológico que afloró bajo las obras del mercado de Barceló en la primavera pasada se salvarán de la piqueta. Serán exhibidos al aire libre en un lugar cercano a la calle de Mejía Lequerica, su enclave, para no alejarlo de su lugar natural, según una resolución de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno regional.
El volquete de un enorme camión recibía ayer desde una excavadora dentada, en medio de un potente estruendo, grandes cantidades de arena amontonada días atrás en los flancos del muro aún en pie, para preservar el segmento elegido para su salvamento. La escena solo era visible desde los pisos altos de las casas cercanas. En fechas próximas, las piezas salvadas del acueducto serán seccionadas con hilo de diamante y almacenadas.
El grueso del mural restante, de ladrillo y mampuesto, y una edad aproximada de entre cuatro y cinco siglos, ha sido demolido en las últimas horas con potentes excavadoras: los restos irán a parar a una escombrera. Únicamente se salvarán algunas amalgamas de ladrillos, que se retendrán por si fueran necesarias para la futura instalación en la vía pública.
El promotor de las obras de Barceló, donde se inserta el hallazgo arqueológico, es el Ayuntamiento, que según Manuel Arnaiz, director general de Planificación y Coordinación de Infraestructuras, entiende como compleja la ubicación de los vestigios arqueológicos rescatados en el lugar que Patrimonio de la Comunidad propone, es decir, lo más próximo posible a su histórico emplazamiento. "No tuvimos conocimiento previo de los restos arqueológicos que la zona albergaba antes de las obras y la situación sobrevenida debemos consensuarla con Patrimonio del Gobierno regional, que ha dictado ya una resolución al respecto. En ello estamos y localizaremos el lugar más congruente para la ubicación del acueducto", señala.
El estudio de arquitectura Nieto y Sobejano tiene encomendada no solo la construcción del mercado de Barceló, sino también la urbanización de toda el área aledaña, por lo que se cree que podrían ser ellos los encargados de musealizar los restos del muro histórico. Sin embargo, Manuel Arnaiz baraja que lo ejecute un especialista en instalaciones arqueológicas.
Fuentes próximas aseguran, por su parte, que el fragmento del mural salvado -una séptima parte del total, que debe incluir tres arcos según la resolución del Gobierno regional- ocupará un espacio inmediato no lejos de la calle de Sagasta, en una suerte de bulevar de nueva construcción.
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