"Puedo correr a 33 km por hora"
Piatti debuta en la 'Champions' como una de las sensaciones del equipo que entrena Emery
"Soy muy nervioso dentro del campo y me enojo mucho", advierte Pablo Piatti (Ucacha, Córdoba, Argentina, 1989), antes de contar una de las historias que marcaría su infancia. "Mi padre fue árbitro y le tocó dirigirme cuando tenía seis años. No había cobrado un penalti, me tiré al piso y arranqué el césped. Mi padre vino, me agarró por la camiseta, me sacó del campo y le pidió al entrenador que no me volviera a dejar entrar". Su padre, fallecido hace seis años, le hablaba siempre de los valores del sacrificio y la humildad. Con ellos dice haber llegado al Valencia procedente del Almería, que cobró siete millones y medio, ávido por aprender y crecer en un equipo donde la exigencia es mucho mayor.
"Al llegar a la Liga me sorprendió el juego y los entrenamientos. Todo era más rápido"
El Duende, La Pulga o el Pibito son sobrenombres que adornaron su aparición en la élite, en alusión a su escasa estatura (1,63 metros) y peso (63 kilos). Pero esa escasez no le supuso ningún impedimento. A los 17 años, Diego Simeone, entonces técnico de Estudiantes de la Plata, lo hizo debutar en un choque decisivo ante Newell's. "Fue en 2007. Llevaba entrenando tres meses con el primer equipo. Íbamos perdiendo, entré cuando faltaban 10 minutos y marqué de cabeza, aunque parezca raro, rodeado de defensas muy altos. Remontamos y ganamos el título". Se le daba bien Newell's. En otro partido, le metió dos goles y dio dos asistencias. Se ganó la portada del periódico deportivo Olé, que tituló: "¿Mi Piatti no vale?". Simeone, recuerda Piatti, le cambió la filosofía a un Estudiantes históricamente preparado para destruir.
Aunque zurdo cerrado, Piatti puede jugar de media punta o por la derecha, como su padre en su época de aficionado. Eso sí, necesita espacios para correr. Es más rápido en la larga distancia que en la corta, en contra de lo que parecería indicar su cuerpo. "No lo sabía", se sorprende Piatti, "pero me ha dicho el preparador físico que alcancé el otro día [en un amistoso ante el Roma] una velocidad punta de 33 kilómetros por hora cuando la media es de 27". El preparador físico, Julen Masach, lo confirma. "Tiene un tren inferior muy fuerte y una gran amplitud de zancada".
Argentino, zurdo, rápido y bajito; inevitable la comparación con Messi. "Es una estupidez", responde. "Leo no se puede comparar con nadie porque está por encima de todos. No existen las reencarnaciones. Cuando salió Messi también se hablaba del nuevo Maradona. Cada uno es un mundo".
Un mundo nuevo le supuso llegar a Almería a los 19 años. "No sabía nada de Almería y empecé a mirar en Internet. Arriesgué y me vine solo. El primer año fue muy difícil: el juego y los entrenamientos me sorprendieron mucho. Todo aquí era mucho más rápido". Años convulsos en el Almería, con mucho carrusel de entrenadores: Arconada, Hugo Sánchez, Lillo, Oltra, Olabe... Y ahora, Unai Emery, que le trata de corregir en los desmarques, en la definición y la pausa. "En Almería jugábamos a la contra. Aquí me hacen ver un fútbol diferente. Emery para el vídeo y me dice:
'Quiero que hagas este movimiento y no este otro".
"Imagínese la ilusión que me hace debutar en la Champions: vine aquí para esto", comentaba Piatti, entusiasmado, el pasado domingo en Paterna, horas después de que el Valencia hubiera derrotado al Atlético en Mestalla (1-0) a pesar de que el árbitro le anulara a él un gol por un fuera de juego inexistente. "Esta tarde no pienso moverme del sofá: todo el día viendo fútbol en la televisión", remataba. Desde que, a los cuatro años, su padre le llevó a ver un entrenamiento del equipo de la ciudad, en La Carlota, el pequeño Pablo ya no quiso nada más: "Pelotas y botas de fútbol".
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